La codirectora del programa de Educación del think tank Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) cree que más que una “crisis” -lo que sugiere un problema reciente- lo que hay es un sistema que se fue desbordando a través de los años.
“Esa imagen admirada que tantos recuerdan de la educación pública argentina surgió en las primeras décadas del siglo pasado, cuando el país tenía una fuerte clase media, algo que la distinguía de los otros países de la región”, señala.
Sin embargo, la realidad es que “el porcentaje de la población que accedía a la educación era pocoy además el país contaba con muchos recursos”.
La cosa fue cambiando drásticamente con el regreso a la democracia, en los años ´80.
“Argentina se latinoamericanizó. Pasó de tener una pobreza del 4,7% -cuando el promedio en América Latina era del 30%- a tener los mismos niveles que el resto”, describe.
Al mismo tiempo, la tasa de escolarización creció enormemente: mientras que en los años ´70 solo el 30% de la población accedía al secundario, en 2010 esa cifra alcanzaba al 80%.
Por eso, Cardini relativiza la “crisis” de la educación pública y dice que mientras que “todavía hay deudas pendientes en temas de equidad y calidad, si se mira desde el punto de vista de la inclusión se hizo muchos avances”.
“Son problemas que llevan más de 30 años”, reflexiona la experta de Cippec.
“Lamentablemente cada comienzo de año escolar el gobierno de turno busca solucionar el planteo salarial y nunca se mira el problema de fondo”.
“Hasta que no haya una política educativa de largo plazo, que sea una política de Estado, con metas más largas y un financiamiento que no esté atado al crecimiento del país, no habrá una solución”, lamenta Cardini.