La cena anual de CIPPEC es uno de los eventos políticos más importantes del país. En la edición de este año, por primera vez, el 31% de las personas líderes del sector público y privado y de la sociedad civil que concurrieron fueron mujeres. Esto significó un aumento de 29% en la proporción de mujeres presentes en el evento con respecto a la edición de 2017 y de casi 15% en relación con la de 2018.
Que más mujeres en cargos de liderazgo sean vistas en encuentros como la cena anual de CIPPEC es crucial para contribuir a un cambio cultural que promueva una mayor equidad de género. La literatura es contundente respecto del impacto de los roles referenciales en las creencias de las personas, en particular de las niñas, sobre el potencial de las mujeres. Por ejemplo, este estudio muestra cómo la presencia de políticas mujeres y su mediatización influye en la decisión de las adolescentes de involucrarse en política.
También la cena es una oportunidad para que las asistentes amplíen sus redes de contactos y su proyección profesional, como muestra la evidencia. El estudio “Género en el trabajo: brechas de acceso a los puestos de decisión” (2014) del PNUD mostró que a las mujeres se les dificulta más que a sus pares varones desarrollar actividades de relacionamiento en la Argentina.
En línea con sus valores institucionales e investigaciones, CIPPEC trabajó para aumentar la presencia de mujeres en el evento. CIPPEC pidió a las empresas que auspiciaron mesas que las integraran con más mujeres de sus organizaciones. Además, la entidad invitó a más mujeres referentes del ámbito político, periodístico, académico y de los organismos internacionales y les insistió sobre la importancia de que participaran.
Las fotos de los últimos años muestran esta evolución.
2017 versus 2019
El problema de fondo
En la Argentina, las mujeres enfrentan más obstáculos que sus pares varones para participar del mercado de trabajo: cuatro de cada diez mujeres en edad económicamente activa no cuentan con ingresos propios (cifra que duplica a la de los varones). Las que logran participar tienen trayectorias más precarias que redundan en menos promociones (y menos acceso a puestos jerárquicos). Además, se desempeñan en áreas menos dinámicas, con salarios más bajos, a pesar de tener mayor nivel educativo.
La contracara de esta situación es el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que realizan: las mujeres hacen 6,4 horas diarias de este tipo de actividad, tres más que los varones. El ámbito doméstico sigue siendo terreno preponderantemente femenino y la esfera pública, masculina.
¿Por qué sucede esto? La respuesta no es única ni directa. La maternidad y el cuidado, la educación y las normas sociales son algunos de los factores que inciden. En las últimas décadas, las mujeres accedieron a ámbitos históricamente masculinizados y participaron más en el mercado de trabajo. Pero ellos no aumentaron al mismo ritmo su participación en el trabajo no remunerado, dando lugar a la llamada “revolución asimétrica de género”.
La equidad económica de género es una de las prioridades que CIPPEC estará trabajando en el marco de #META. Es un imperativo ético y estratégico para el desarrollo del país: contribuye a garantizar los derechos de las mujeres a la vez que impacta positivamente en el crecimiento económico del país, el empleo y la recaudación. La implementación de políticas pro equidad de género requiere consensos entre el Estado, el sector privado, los sindicatos y la sociedad civil. Promover la igualdad de oportunidades entre los géneros es un paso indispensable para convertirnos en la Argentina que queremos.