La modificación del régimen de licencias por maternidad y paternidad se discute desde el regreso de la democracia, pero se jerarquizó recientemente. En los últimos años, se presentaron centenares de proyectos de ley, pero muy pocos buscaron atender integralmente los principales problemas del régimen.
En primer lugar, hay un problema de acceso: solo la mitad de las personas que son padres o madres puede acceder a una licencia (quienes tienen empleos formales y no son monotributistas ni autónomos). Esto implica que el resto tenga que sacrificar ingresos (para poder quedarse cuidando) o tiempo de cuidado (para poder mantener el ingreso).
También, hay un sesgo maternalista: todos los regímenes de licencias en la Argentina (que son muchos y diferentes según si se trata de empleo público o privado y dependiendo de la ubicación geográfica y del sector) dan muchos más días a las madres. Esto asigna roles diferenciados por género para el cuidado y las tareas domésticas, un serio obstáculo para la participación laboral de las mujeres.
Por último, el esquema de licencias fue pensado para un formato de familia nuclear (papá, mamá e hijos) que ya no predomina. Abundan las familias ensambladas, monoparentales y homoparentales, entre otras, cuyas necesidades no se pueden adaptar al esquema de licencias actual.
Las modificaciones del régimen de licencias deben tener en cuenta tres principios para resolver estos problemas: la universalidad (alcanzar a todos los niños); la coparentalidad (incentivar una distribución más justa de los roles en el cuidado); y la adaptabilidad a los distintos formatos de familia (que exista una cantidad de días que cada familia pueda elegir cómo distribuir). Estas reformas son posibles y desde CIPPEC presentamos en 2017 una propuesta concreta. Varias provincias ya introdujeron cambios en esta línea, como Tierra del Fuego y más recientemente (y con una modificación más profunda) la Ciudad de Buenos Aires, si la Legislatura convalida el proyecto oficial, como se prevé.
La propuesta del gobierno de la Ciudad plantea una modificación del régimen de licencias que abarca a todos los trabajadores del Estado (no sólo a los empleados de la administración pública, sino también a los trabajadores de la salud, docentes y fuerzas de seguridad). Tiene un fuerte esquema coparental porque extiende más que proporcionalmente la licencia por paternidad e incentiva que haya días trasladables de la licencia por maternidad a la de paternidad. Además, deja a criterio de cada familia el uso de 30 días. CIPPEC evaluará el impacto de esta política en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo y en la distribución del cuidado.
Las experiencias de las provincias también alumbran el debate en el Congreso de la Nación a partir del proyecto del Ejecutivo, que incluye la modificación del régimen de licencias. La propuesta es un avance, pero no aborda los tres problemas de fondo y tendrá que incorporar cambios para lograr consensos políticos. Urge que el Congreso lo debata e incorpore las modificaciones para que las licencias sean realmente una llave hacia la equidad de género. Se trata de una política que contribuye tanto a la equidad como al desarrollo.
Fuente: Clarín