Para que la Argentina crezca y enfrente la caída de la fecundidad y el envejecimiento de la población, las licencias son clave

Apolo nació hace 22 días, y Rocío González, su madre, debió renunciar a su trabajo informal como empleada doméstica en una fábrica, en Avellaneda, para poder cuidar de su bebe. Hoy, en la Argentina -según datos de un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) al que accedió LA NACION- , sólo uno de dos trabajadores que son madres o padres puede acceder a una licencia para cuidar a su hijo luego del nacimiento.

El piso para el empleo privado establece -para trabajadores formales en relación de dependencia- 90 días de licencia para maternidad y dos días por paternidad, y con el objetivo de mejorar la desigualdad que existe en el mercado laboral, hay varios proyectos que han sido presentados en el Congreso y que analizan la necesidad de ampliar el régimen de licencias.

Hace un mes, y como parte de la reforma laboral que el Gobierno anticipó que implementaría luego de las elecciones, se analizó la posibilidad de enviar un proyecto oficial al Congreso para extender la licencia por paternidad a diez días. Y para discutir su alcance cuando llegue el momento del debate, el Cippec presentará la semana próxima ante el Ministerio de Trabajo de la Nación y ante el Congreso nacional un documento que plantea una reforma de tipo universalista. Es decir, que incluye a todas las familias independientemente de su categoría laboral.

“Las licencias son un instrumento clave para garantizar el derecho a cuidar de los padres, y también al de ser cuidado de los niños, por lo cual su acceso debería ser para todos igual”, argumenta el documento del Cippec en sus primeras líneas.

La reforma que se plantea es gradual y a largo plazo, para alcanzar un escenario ideal en 2030, de una cobertura universal con 98 días de licencia por maternidad, 30 días por paternidad y 60 días familiar (que requeriría la mayor inversión) de uso indistinto y hasta que el niño cumpla una edad determinada que aún no fue fijada. También propone la creación de un esquema específico para los trabajadores en la informalidad, desocupados o inactivos; las familias homoparentales y las adoptivas. Y para discutir la viabilidad de la medida, se analizan los costos y las variables para su financiamiento.

¿Cuánto le costaría al Estado la implementación de una política que modifique el régimen actual de licencias? Desde el Cippec se propone una implementación en distintas instancias: 2018, 2022, 2026 y 2030.

En la primera fase, se plantea extender las licencias por maternidad a 98 días, en línea con el piso recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT); las licencias por paternidad a 15 días, y la creación de una licencia familiar de uso indistinto. Además de su extensión, en este primer costeo se contempla dentro del régimen de licencias la inclusión de los trabajadores independientes formales. La inversión anual se estima en $ 5935 millones, lo que representa un 73% más que el costo actual.

“El primer punto a resaltar es que si queremos que la Argentina crezca y pueda enfrentarse a la transición demográfica, producto de la caída de la fecundidad y el envejecimiento de la población, las licencias son una herramienta clave. Además, contribuyen con una mayor participación laboral de las mujeres y son una herramienta para revertir la desigualdad por condición de género y en los sectores más vulnerables, donde la mayoría de las personas tienen trabajos informales y precarios”, afirma Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social del Cippec.

“Desde ese lado cuestionamos los argumentos que hacen referencia al costo que tienen este tipo de propuestas, y por eso se plantea no como un gasto, sino como una inversión -agrega-. Parece discursivo, pero no lo es. El beneficio de ampliar las licencias, además, tiene su retorno en una disminución del ausentismo, incremento del bienestar, satisfacción laboral, retención de buenos empleados y mayor equidad en cuestión de género, lo que a su vez impacta en una mayor productividad.”

De hecho, según consta en el informe del Cippec, “si bien hoy existe la creencia de que contratar mujeres es más costoso por su posibilidad de ser madres, estudios de la OIT (Abramo y Todaro, 2002) estiman que en la Argentina el costo adicional de contratar a una mujer es sólo de un uno por ciento de su remuneración bruta, proporción notoriamente inferior a la existente brecha salarial por género. La introducción de un nuevo esquema de licencias coparentales podría contribuir a disminuir dicho costo marginal”.

El empleo privado se rige por la ley 20.744 de contrato de trabajo y los diversos convenios colectivos, pero los gobiernos provinciales tienen potestad para regular el empleo público a nivel provincial. En este sentido, la coparentalidad es fomentada en mayor medida en Chaco, Río Negro, Santa Cruz y Tucumán, que otorgan a los padres 15 días corridos de licencia, y en Salta y San Luis, donde los hombres gozan de 20 días.

Los empleados públicos de La Rioja gozan de la licencia más extensa, 30 días. Y en Tierra del Fuego, si bien la licencia por maternidad es de sólo 30 días y la de paternidad, de 15, esta jurisdicción es la única del país que contempla la creación de una licencia parental de 180 días, que puede ser repartida entre ambos padres como ellos lo deseen.

Según los expertos del Cippec, no cualquier reforma contribuye a mejorar la situación actual de las familias con niños y a enfrentar la transición demográfica de la Argentina. “Debe ser universal, por eso proponemos que la puerta de entrada no sea la categoría en el mercado laboral, sino la tenencia de un hijo -sostiene Díaz Langou-. La normativa actual contempla el cuidado del recién nacido como una tarea esencialmente femenina, al otorgar una licencia notoriamente mayor a la madre.”

“También se ignoran los derechos de las familias cuya conformación no cumple con el esquema madre-padre y existe un trato diferenciado ante hijos biológicos y adoptivos”, concluye la experta.

Suecia tiene uno de los sistemas de licencia paternal más generosos del mundo y, para contribuir al debate sobre la expansión de las licencias en nuestro país, se instaló en la estación Retiro del ferrocarril Mitre la muestra Swedish Dads, del fotógrafo Johan Bävman. El proyecto del Cippec junto con la embajada de Suecia, el Pnud, Hombre por la Igualdad y la empresa Arredo busca promover el diálogo y el intercambio de experiencias para avanzar hacia un escenario más equitativo en la Argentina.

Autor


Gala Díaz Langou

Directora Ejecutiva

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