En la Argentina, existen actualmente más de 500.000 empresas clasificadas como pyme, y el 58% tiene participación femenina en la propiedad. Sin embargo, solo el 8% tiene mayoría femenina. Mientras que el 39% de las firmas unipersonales es de propiedad femenina, solo el 22% de las compañías de entre 40 y 200 empleados pertenecen a una mujer.
Según el estudio Obstáculos y oportunidades para las mujeres en el mundo de las Pequeñas y Medianas Empresas, elaborado por el think tank Cippec, tanto mujeres como varones identifican los mismos retos al momento de desarrollar un emprendimiento: atraer clientes (23% en promedio), mantener la rentabilidad (14%) e incrementar la facturación (12%).
Sin embargo, mujeres y varones reportan diferencias en las fuentes de capital inicial de las empresas. De acuerdo con el informe de Cippec, si bien para ambos la principal fuente de financiamiento son los ahorros personales, los varones reportan dicho capital en mayor medida (66% vs. 59%). En el caso de las mujeres, la segunda principal fuente de financiamiento surge de los fondos del cónyuge. En este sentido, la mayor dependencia de fondos ajenos para iniciar un emprendimiento daría cuenta de una menor autonomía económica de las mujeres.
Por otra parte, el Global Entrepreneurship Monitor 2017 revela una mayor predisposición de las mujeres a empezar un emprendimiento por necesidad que los varones. Esto estaría en sintonía con la mayor proporción de mujeres que declara comenzar una empresa por falta de otra alternativa.
“Como las pyme generan el 64% del empleo total y son el 99% de las empresas activas en el país, es crucial que haya políticas públicas y privadas para cerrar la brecha de género en los puestos de liderazgo de este tipo de compañías”, dice Florencia Caro Sachetti, coordinadora del programa de Protección Social de Cippec y coautora del estudio.
A la hora de mantener un emprendimiento, varones y mujeres también reportan distintos obstáculos y condiciones. Para ambos, el principal motivo para la continuidad en el mundo empresarial es la satisfacción personal que genera tener un emprendimiento propio. A su vez, las mujeres reportan en mayor medida que eligen continuar con su propia firma porque es les otorga la flexibilidad y la libertad que necesitan en sus vidas, lo cual podría estar asociado a las responsabilidades del trabajo de cuidado y no remunerado que suelen recaer en mayor medida sobre las mujeres. Por lo tanto, para ellas es mucho menos relevante continuar con su empresa por razones de rentabilidad e ingresos que para ellos.
“Un punto muy importante para la participación femenina en el mercado de trabajo son las políticas de cuidado. Su ausencia es la principal barrera que encuentran las mujeres a la hora de desarrollarse laboralmente. Sus carreras muchas veces se ven interrumpidas por la maternidad u otras responsabilidades relacionadas con el cuidado. Las políticas actuales no les permiten conciliar su vida laboral con la familiar”, señala Caro Sachetti.
Mientras que el 67% de las empresas unipersonales de propiedad femenina tienen entre 0 y 3 años, el 54% de las firmas cuyo dueño es varón tienen dicha antigüedad. En contraste, una mayor proporción de empresas de propiedad masculina tiene más de seis años (31%) en comparación a las mujeres (20%). Así, el 62% de las empresas que llevan más de 10 años funcionando pertenecen a un varón, mientras que el 58% de las firmas incipientes son de propiedad femenina.
“Cuando las mujeres progresan, las comunidades y las economías crecen; y para ayudar a que cada vez más mujeres triunfen en la nueva economía móvil, necesitamos comprender cómo es su entorno actual. Queremos garantizar que las mujeres argentinas tengan acceso a todas las oportunidades que está creando la tecnología”, dice Marinelly Díaz, gerente de Programas para América latina de Facebook.
La empresa de la red social continúa trabajando en iniciativas que buscan empoderar a las mujeres en la comunidad local. De la mano de la ONG Voces Vitales y en colaboración con el Instituto Nacional de Juventud dependiente del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, la compañía busca capacitar a 2000 mujeres pioneras en diversas áreas de desarrollo profesional y social, fortaleciendo sus capacidades y brindándoles el soporte que necesitan para crecer en sus proyectos.
Desde Voces Vitales, una organización creada en los Estados Unidos hace 20 años enfocada en el empoderamiento de la mujer, trabajan a partir del mentoreo (transferencia de experiencia entre una mujer líder y otra que sigue su camino), la creación de redes, capacitaciones y dando visibilidad a las mujeres que hacen. El programa que llevan a cabo en conjunto con Facebook se llama Ella aprende, Ella emprende.
“Emprender es un acto de osadía, requiere principalmente de animarse, creer en uno mismo y, para ello, tenemos que buscar las mejores herramientas, las que mejor nos ayuden a dar impacto, a alcanzar nuestros objetivos, las mejores redes de contención y expansión, y la mejor orientación; y si, para ello, ya estas fuerzas se sumaron coordinadamente, tendremos un aliado indudable. Eso es lo que estamos haciendo con este programa junto a Facebook”, cuenta la vicepresidenta del Comité Ejecutivo de Voces Vitales, María Laura García.
Las mujeres, también, suelen concentrarse en sectores económicos de menor dinamismo, fenómeno conocido como paredes de cristal y que implica una segregación horizontal por género en el mercado de trabajo. Según la Encuesta Permanente de Hogares, las mujeres que declaran su categoría ocupacional como cuenta propia o patrona operan mayormente en los sectores de comercio, hotelería y restaurantes (41,3%) y en actividades relacionadas a la prestación de servicios comunitarios, sociales, personales y de salud (18,4%). En conjunto, el 59,7% de las trabajadoras independientes se encuentran ocupadas en estos sectores. Los varones de la misma categoría ocupacional se encuentran también concentrados en los sectores de comercio, hotelería y restaurantes, pero en menor medida que las mujeres (33,2%). Las empresas lideradas por varones, en cambio, operan mayormente en los sectores de comercio, hotelería y restaurantes, servicios financieros, inmobiliarios y empresariales y en aquellos relacionados con el arte, la recreación y el deporte.
Fuente: El Cronista