El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires busca aumentar a quince los días de licencia por paternidad para todos los empleados de la administración pública. Además, se contempla una nueva licencia remunerada de 30 días corridos durante el primer año del bebé y una excedencia de 120 días sin goce de sueldo, no transferible, igual que la que actualmente rige para la madre.
En el camino a la equidad, a equilibrar las responsabilidades entre varones y mujeres en relación al cuidado de los hijos y a favorecer la inserción y continuidad laboral de las mujeres, los especialistas apuntan a las licencias familiares como un instrumento clave. Y el hecho de que los padres hoy tengan una licencia tan reducida atenta contra todos estos principios, además de dejar en desventaja al varón (o progenitor no gestante) en la formación del vínculo desde el primer momento de vida.
El nuevo modelo incluye a todos los empleados públicos porteños, en cualquiera de sus escalafones, y extiende el beneficio a los docentes y profesionales de la salud. Además, especifica que las medidas propuestas se aplicarán también en caso de adopción, con distintos esquemas según el caso.
El anuncio formal lo hizo esta mañana el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , en el salón Blanco de la Legislatura. “La idea es trabajar por la igualdad de los derechos y no puede ser que la maternidad sea un obstáculos para las mujeres. Con esta medida, Buenos Aires se pone a la altura de las ciudades más igualitarias”, dijo Rodríguez Larreta.
Según datos del sistema de Indicadores de Género de la Ciudad, hoy la tasa de participación de la mujer en el mercado de trabajo es del 58 por ciento, y la de varones del 72 por ciento. Las mujeres, además, cuidan dos horas más por día y esto empeora en hogares vulnerables. “Con esta iniciativa se promueve la coparentalidad, porque al ser un modelo destinado al otro progenitor esto favorece una mayor participación de ambos padres en las tareas de cuidado. Aumentamos las licencias de uso exclusivo y mantenemos las licencias de las mujeres como ya estaban, que ya son más amplias que en el sector privador”, explicó luego del anuncio Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad.
Gala Díaz Langou, directora del Programa de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), considera que no cualquier reforma contribuye a mejorar la situación actual de las familias con niños y a enfrentar la transición demográfica de la Argentina.
“En este caso, el primer punto a resaltar es que la Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos más poblados y envejecidos del país. Y la modificación que se propone es bastante inclusiva por distintos motivos. Incorpora a todas las categorías de empleados y suma a las fuerzas de seguridad al beneficio, algo inédito hasta ahora. Hace foco en la coparentalidad al determinar la exclusividad de las nuevas licencias para el progenitor no gestante, adaptándose a los distintos formatos de familia”.
La deuda aún pendiente, insisten desde el CIPPEC, es la condición de universalidad, por eso en su último documento presentado ante el Ministerio de Trabajo y el Congreso nacional, se planteaba la reforma de tipo universalista. Es decir, que la puerta de entrada a una licencia familiar no sea la categoría laboral, sino la tenencia de un hijo. De todas formas, Langou considera que la legislación porteña sentará un precedente para la reforma laboral que el Gobierno anticipó a principios de junio pasado. “Para discutir su alcance cuando llegue el momento del debate, esta nueva medida será un referente de peso”, concluye la experta.
Las nuevas licencias entrarían en vigencia antes de fin de año, cuando la normativa, que cuenta con el consenso general de los distintas comisiones de la Legislatura, sea aprobada en el recinto.