A pesar de una leve mejora en 2016, la provincia de Buenos Aires no registró avances en la transparencia de sus cuentas fiscales en 2017. Desde una mirada menos coyuntural, se observa que su transparencia permanece casi estancada respecto de 2013. Así surge de analizar los últimos datos del Índice de Transparencia Presupuestaria Provincial (ITPP) que realiza anualmente CIPPEC.
El ITPP evalúa la calidad, cantidad, nivel de desagregación y actualización de la información presupuestaria que publican los gobiernos provinciales en sus sitios web oficiales. Para ello, monitorea la disponibilidad online de una serie de documentos: las leyes de presupuesto, los informes de ejecución de gastos, de recaudación impositiva, de deuda pública, de transferencias recibidas del gobierno nacional y realizadas a municipios, la Cuenta de Inversión y el Presupuesto Ciudadano.
Buenos Aires obtuvo en 2017 un puntaje de 8,45 puntos sobre diez, igual marca que el año anterior y casi la misma que en 2013, cuando obtuvo 8,4 puntos. Este estancamiento le hizo perder posiciones en el ranking provincial, pasando del cuarto lugar en 2013 al séptimo en 2017.
El factor principal que explica el estancamiento de la provincia es la demora en la publicación de información, especialmente los informes detallados de gasto, ejecución presupuestaria y evolución de la deuda pública. Por otra parte, a diferencia de jurisdicciones como la ciudad de Buenos Aires o la provincia de Córdoba, la provincia de Buenos Aires no hizo avances significativos en prácticas de presupuesto ciudadano.
La transparencia presupuestaria otorga mayores oportunidades de participación en el debate público, mejora los procesos de rendición de cuentas y, por esta vía, contribuye a democratizar e incrementar la eficiencia en la asignación de los recursos públicos. Incrementar la transparencia es fortalecer el proceso de presupuesto en todas sus etapas, contribuyendo a generar mayores capacidades estatales de planificación y control.
El ejercicio activo de la transparencia adquiere mayor relevancia en el caso de una provincia con las asimetrías y los desafíos que históricamente ha enfrentado Buenos Aires. Consideremos que si bien es una jurisdicción “rica”, que concentra el 27% de la masa de recursos manejados por las provincias, al mismo tiempo debe dar respuesta a las necesidades del 39% de la población.
En este contexto de condicionada escasez de recursos y acuciantes problemas sociales, la inversión en transparencia no debe considerarse un gasto superfluo. Una mayor apertura en las cuentas públicas, combinada con políticas que faciliten el acceso y especialmente la comprensión de esta información, contribuye a robustecer la credibilidad del gobierno e incrementar la legitimidad de sus acciones. Resulta un primer paso fundamental para que la ciudadanía pueda evaluar la efectividad de las políticas públicas y contribuir a su diseño. La provincia de Buenos Aires, que necesita mejorar el uso de escasos recursos fiscales, debe embarcarse rápidamente en este camino.