Repensar la escuela secundaria
Por Axel Rivas, investigador principal de CIPPEC
La educación secundaria necesita cambios profundos. Lo sabemos desde hace muchos años. Se ha logrado avanzar en leyes y en diversas políticas que conciben a la escuela secundaria como un derecho. Esto se tradujo en revisiones de prácticas pedagógicas, redistribución de recursos en favor de los sectores desaventajados y ampliación del acceso al nivel secundario. Pero la matriz original de una escuela selectiva basada en muchas materias, con horarios y disciplinas fragmentadas y una concepción enciclopédica y meritocrática del aprendizaje, se mantuvo en pie. El resultado sigue siendo un modelo educativo que reproduce las desigualdades sociales y excluye a muchos sectores de la población.
La transformación necesaria requiere mayores consensos, recursos y capacidades técnicas del Estado. No se pueden cambiar las prácticas pedagógicas por decreto. La propuesta de la “Secundaria del Futuro” tiene muchos horizontes defendibles y otros más confusos, pero requiere un camino transitable de las ideas a las prácticas. Esto supone una clara teoría accionable sobre el cambio a gran escala de la enseñanza, poco probable sin fuertes equipos técnicos en la gestión y sin procesos de consulta que retroalimenten desde las escuelas lo que se puede hacer con las condiciones actuales.
Quizás si las capacidades de gobierno actuales no permiten esta construcción, lo más imperioso es crear esas capacidades, construir equipos; dotar de continuidad a esas instancias de diálogo, aprendizaje y replanteos pedagógicos en las escuelas; acompañar y aprender lo bueno que ya sucede en las aulas y tener una mayor dosis de modestia en los anuncios políticos de los cambios. Esto no implica asumir una visión conservadora del orden educativo vigente, sino una capacidad de construir los cambios en base una secuencia que se entienda desde las escuelas y pueda ser asumida como un camino propio y transitable.
Fuente: Tiempo Argentino