Publicado en septiembre del 2020
El impacto del Covid-19 en la economía ha cambiado las relaciones laborales. El problema que se viene no es tanto el desempleo, sino las desigualdades en materia de ingresos, según el análisis de Ramiro Albrieu, investigador principal del Área de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Un ejemplo es lo que sucede con el teletrabajo. De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el universo de trabajadores en el país es de 11,6 millones. En tiempos de cuarentena más restrictiva, 35 por ciento eran empleados imprescindibles (seguridad, salud, alimentos, etcétera); 45 por ciento no trabajó, y 20 por ciento lo hizo desde su casa.
Pero en este último grupo, hay diferencias profundas. En el decil (10 por ciento) más rico de los trabajadores, 60 por ciento puede hacer teletrabajo, por lo que está en condiciones de sostener sus ingresos. En cambio, en el decil más pobre, apenas un ocho por ciento puede operar a distancia.
El impacto del Covid-19 en la economía ha cambiado las relaciones laborales. El problema que se viene no es tanto el desempleo, sino las desigualdades en materia de ingresos, según el análisis de Ramiro Albrieu, investigador principal del Área de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Un ejemplo es lo que sucede con el teletrabajo. De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec, el universo de trabajadores en el país es de 11,6 millones. En tiempos de cuarentena más restrictiva, 35 por ciento eran empleados imprescindibles (seguridad, salud, alimentos, etcétera); 45 por ciento no trabajó, y 20 por ciento lo hizo desde su casa.
Pero en este último grupo, hay diferencias profundas. En el decil (10 por ciento) más rico de los trabajadores, 60 por ciento puede hacer teletrabajo, por lo que está en condiciones de sostener sus ingresos. En cambio, en el decil más pobre, apenas un ocho por ciento puede operar a distancia.
“Lo digital, el distanciamiento y la falta de transporte público generan asimetrías muy distintas a las que había en la etapa previa a la pandemia, diferencias entre quienes pueden operar en este contexto y quienes no pueden hacerlo”, advierte el investigador.
Estrategias para la pospandemia
Lo más complejo, según Albrieu, es que los trabajadores de menores niveles de ingresos son los que tienen mayores dificultades para reinventarse, y esto puede desencadenar desempleo, subempleo o trabajo en malas condiciones por un largo período de tiempo. “La pandemia no va a tener un impacto tan grande en el desempleo, pero sí va a generar diferencias en los ingresos; hay sectores que van a estar cobrando poco durante mucho tiempo”, resalta.
Desde Cippec no alientan una única política laboral, sino acciones para recomponer el empleo en las actividades más afectadas. En cada uno de estos rubros, según recomienda la organización, hay que mejorar protocolos, asegurar el distanciamiento social, cambiar los reglamentos de las aseguradoras de riesgo del trabajo (ART) y, sobre todo, monitorear a las pymes para asegurar la supervivencia del empleo.
Incluso, creen que si hay algo que el Estado no podrá suspender en su totalidad es el sostenimiento de los salarios del sector privado. “Las empresas están exhaustas. Después de seis meses sin ventas, hay muchas compañías con problemas en los balances. El sector privado debe recomponer el capital de trabajo y la rentabilidad para que no pierda trabajadores”, destaca Albrieu.