Extender la licencia por paternidad a 15 días es un excelente primer paso, pero se debería buscar una ampliación mayor

No tenía en claro cuál iba a ser su rol durante la licencia por paternidad. Había imaginado, un tanto ilusamente, que durante esos 40 días que le daba la empresa en la que trabaja, tendría tiempo para entrenar o mirar series. Sin embargo, en los días que siguieron al nacimiento de su hijo Antonio, que hoy tiene un año y medio, Fausto Della Vecchia se sintió como un hombre sin tiempo. Se descubrió a sí mismo imitando la voz de los peluches para que su hijo cambiara el llanto por risa. Por momentos, su presencia hizo algún cortocircuito familiar, por ejemplo, cuando discutió con su mujer, Gimena Carrillo, sobre qué repelente había que usar.

“Disfruté la licencia como un momento único en el vínculo con mi hijo. Por momentos, obvio, nos superponíamos”, cuenta Della Vecchia, que trabaja en el área de Finanzas de Natura, una de las empresas que incorporó la licencia para todos sus empleados en el país.

La anécdota sintetiza un dilema que se vive hoy en muchos hogares: los hombres argentinos quieren más días de licencia por paternidad, aunque persisten dudas sobre cuál es el rol del padre en el hogar después del nacimiento.

Casi el 64% de la población cree que el beneficio debería ser de al menos 15 días, en lugar de los dos de hoy, aunque más de la mitad piensa que la presencia del hombre en el hogar todo el día puede generar tensión en la pareja. Los datos surgen de una encuesta hecha sobre la base de 900 entrevistas que hizo la Universidad Abierta Interamericana para LA NACION, en la Capital y el Gran Buenos Aires.

¿Por qué se asocia la presencia de los hombres en la casa con la mayor posibilidad de conflictos en la pareja? “Todavía subsiste una idea de hombre proveedor y mujer cuidadora que hace que lo doméstico sea un área de decisión de las mujeres. Es evidente que se produjo un cambio en la percepción de roles que se les atribuyen a los miembros de la familia, pero no necesariamente en la atribución de esos roles. Estamos en un proceso de transición”, explica Gala Díaz Langou, coordinadora del Programa de Protección Social y Salud del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

Según indica el estudio, existe consenso social sobre la necesidad de ampliar licencias de nacimiento, tal como lo propone el proyecto de ley de equidad de género en el ámbito laboral que presentó el gobierno de Mauricio Macri en el Congreso el 8 pasado. Las opiniones sobre el tema están parejas entre hombres y mujeres. Apenas el 16,8% dijo que no sería necesaria la extensión de las licencias.

En busca de la equidad

¿Cuál es la función del padre durante la licencia? Ahí las cosas no están tan claras. La mayoría (el 61%) sostuvo que es “compartir cuidados”. En tanto, el 17% indicó que es brindar “apoyo y contención emocional a la mujer”. Un 15,2% señaló que es “fomentar la relación afectuosa con el bebé” y el 6,9% no supo qué contestar. Esas mismas respuestas tuvieron distinta aceptación entre los hombres y las mujeres. Mientras que ellas piensan con más frecuencia que los padres de licencia deben fomentar la relación con el bebé, ellos tienden a creer que su función durante este período es el de dar apoyo y contención a la mujer.

Cuando nació Bruno, hace cuatro meses y medio, la vida de Germán Sember y su mujer Eloísa se revolucionó. El bebé llegó un mes antes de lo previsto. Y cuando le dieron de alta, su participación se volvió esencial. Como su hijo era prematuro, la logística de las mamaderas, el llanto y la desesperación materna se convirtieron en asuntos que Sember tenía que administrar. “Todo ocurría a las tres de la mañana, y a esa hora es mayor. Ahí uno aprende que el rol del padre después del nacimiento no es secundario. Es el de dar contención y apoyo a la familia. Es más de logística, pero también fundamental”, cuenta. “Nació un sábado y el miércoles ya estaba en la oficina, y lo decidí yo porque tenía muchas cosas en la cabeza. No me pude desentender. Pero esas son las reglas cuando sos freelance”, dice Sember, que tiene una consultora de economía.

Hoy, la Argentina se encuentra entre los países de la región que menos tiempo de licencia da a los padres. Muchos de ellos se toman días de vacaciones para estar en casa luego del nacimiento. Esta es una práctica mucho más generalizada de lo que se cree: el 53,6% de los encuestados dijo que se tomó días de vacaciones luego del nacimiento.

Los especialistas indican que el hecho de que los padres tengan una licencia tan reducida atenta contra la formación del vínculo desde el primer momento de vida y, a su vez, amplía las desigualdades laborales entre hombres y mujeres. Por eso, en el marco de la igualdad de género en el ámbito laboral, se impulsa el proyecto de ampliación de licencias.

“Los estudios en neurociencia hablan sobre la importancia de contar con los dos padres en la primera infancia. Durante los primeros meses de vida se desarrolla el 40% de los circuitos neuronales. Incluso los estudios que hablan sobre la lactancia materna apuntan que es una experiencia más exitosa si hay dos adultos en lugar de solo la madre, porque baja mucho el nivel de estrés”, dice Díaz Langou.

La especialista apunta que el proyecto de ley enviado por el Gobierno, que busca extenderla a 15 días, es un “excelente primer paso”, pero que debería plantear una gradualidad en la extensión de las licencias hasta que se llegue a una equiparación con los beneficios por maternidad, para lograr una igualdad de género. “Este proyecto deja fuera al 50% de los trabajadores: todos aquellos que están en condiciones informales, son monotributistas o autónomos no están alcanzados”, plantea.

“El marco normativo actual tiene fuertes sesgos de género y fortalece la concepción tradicional de mujeres cuidadoras y hombres trabajadores ideales, sin obligaciones o deseos de involucrarse en las tareas familiares y del hogar”, dice Carina Lupica, asesora del Observatorio de la Maternidad.

Germán Sember, padre de Bruno: “Uno aprende que el rol del padre después del nacimiento no es secundario. Es el de dar contención y apoyo a la familia. Es más de logística, pero también fundamental”

Gala Díaz Langou, Cippec: “Aún subsiste una idea de hombre proveedor y de mujer cuidadora. Ahora, se produjo un cambio en la percepción de roles que se les atribuyen a los miembros de la familia, pero no en la atribución de esos roles. Estamos en un proceso de transición”

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Gala Díaz Langou

Directora Ejecutiva

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