Las prácticas de monitoreo y evaluación (M&E), especialmente aquellas centradas en el seguimiento de metas prioritarias de gobierno, son elementos clave para mejorar la gestión pública en tanto producen información valiosa sobre el funcionamiento y los resultados de las políticas públicas. A nivel internacional el uso de sistemas de M&E es cada vez más generalizado; sin embargo en nuestro país esta función central de Estado todavía no se encuentra completamente desarrollada. Estudios realizados por Cippec sobre la situación nacional y provincial en materia de M&E muestran niveles de desarrollo muy desiguales, con capacidades estatales concentradas en algunas áreas de política y con poco uso de la evidencia que se genera.
Esta situación generalizada se replica al mirar la manera en la cual se gestiona el Gran Buenos Aires. A pesar de la relevancia social, económica y política del conurbano, existe poca evidencia rigurosa y sistemática sobre las diferentes oportunidades y desafíos que tienen cada uno de los municipios que lo componen. No existen relevamientos periódicos que permitan monitorear la evolución de los indicadores sociales a nivel de cada municipio. La única herramienta con información sistematizada a ese nivel es el censo, pero dada su poca frecuencia y la particularidad de las variables que mide, no provee información oportuna para alimentar el proceso continuo de toma de decisiones.
Para hacer frente a este déficit de información, en 2017 se formó un consorcio entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), el Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), y la Fundación Avina con el objetivo de impulsar el uso de evidencia en los procesos de toma de decisiones, utilizando el Índice de Progreso Social (IPS), una herramienta que incluye alrededor de 45 indicadores sociales y ambientales que capturan la calidad de vida de las personas en tres dimensiones: necesidades humanas básicas; fundamentos de bienestar; y oportunidades de progreso. La Unión Europea utiliza esta herramienta desde 2016 para guiar las estrategias de desarrollo en sus 272 regiones.
Esta medición del IPS para el conurbano bonaerense busca tres objetivos. En primer lugar, aportar evidencia estandarizada y comparable sobre la situación de cada municipio. En segundo lugar, facilitar la fijación de metas de desarrollo local que puedan ser monitoreadas regularmente, a partir de la evolución de los resultados del índice. Finalmente, el IPS permite fortalecer la rendición de cuentas a la ciudadanía, al poner el foco en los resultados efectivamente alcanzados.
Para lograr estos objetivos, será importante la continuidad en el tiempo de esta herramienta de monitoreo. Como complemento a otras fuentes de información, el IPS permitirá extraer aprendizajes para alcanzar más rápidamente las metas del desarrollo con equidad.
Fuente: La Nación