De acuerdo con un documento de la organización CIPPEC que se divulga hoy, en el nivel nacional, en los tres años transcurridos de la gestión presidencial de Cambiemos, la inversión dedicada a educación se redujo en un 9 por cientoentre 2016 y 2018. Si se cumple el presupuesto de 2019, la reducción en el gasto educativo nacional llegaría a un 19% o, en números absolutos, a una caída de $34.700 millones a valores de 2018, quitando el efecto de la inflación.
La inversión educativa provincial de los 24 distritos, según CIPPEC, también cayó, en ese caso en un 8%. Desde nación y desde algunos distritos, muestran datos que relativizan los hallazgos o proponen otro marco de interpretación para las causas del fenómeno.
El documento, al que LANACION accedió en exclusiva, se titula “El financiamiento educativo en la Argentina: balance y desafíos de cara al cambio de década” y analiza la cronología de la inversión educativa en la Argentina desde 2005 hasta 2017 o el presente, según la disponibilidad de datos. Sus autores son Belén Sánchez y Agustín Claus, coordinadora y consultor, respectivamente, del programa de Educación de CIPPEC.
De acuerdo con el documento, entre 2015 y 2016, la inversión educativa provincial se redujo en un 8% y luego se estancó. Para 2018, se estima una caída que CIPPEC atribuye sobre todo a un componente central del gasto educativo provincial, los salarios docentes, que se llevan el 90% del presupuesto educativo provincial según el documento, y que vienen perdiendo poder adquisitivo.
Sin embargo, no todas las provincias contribuyeron a la baja de la inversión educativa y, al contrario, entre 2015 y 2017 la aumentaron, lo que puede verse en un indicador clave para analizar el comportamiento de la inversión en el área: la inversión educativa por alumno estatal, por año.
De acuerdo con CIPPEC, cinco distritos aumentaron la inversión por alumno estatal: ellos son Ciudad de Buenos Aires, Salta, Chaco, Catamarca y Corrientes.
El documento busca alertar sobre la necesidad de proteger la inversión educativa aún en contextos de crisis económica y de reestructuración fiscal. En ese sentido, la directora del programa de Educación de Cippec, Alejandra Cardini, sostuvo: “Estos hallazgos muestran que hay que crear consensos para proteger la inversión en educación y su equidad distributiva, más allá de los ciclos fiscales y económicos”. Cardini también subrayó la necesidad de fijar metas específicamente educativas, y no sólo macroeconómicas, “que direccionen los recursos y criterios para distribuirlos.”
Retroceso nacional y polémica
¿A qué se debe la caída de la inversión educativa a nivel nacional? Según CIPPEC, la principal causa es el carácter procíclico de las políticas educativas: ante una crisis económica y fiscal, enseguida se reduce el presupuesto nacional en educación.
El ejemplo propuesto es el año 2018. “La salida del gradualismo económico en 2018 se manifestó con fuerza en la reducción de la inversión educativa nacional”, sostiene Sánchez, coautora del documento, magister en educación y desarrollo internacional por la Universidad de Londres.
Mientras que en números absolutos la inversión educativa nacional en 2016 fue de $181.439 millone y se recuperó algo en 2017, cuando subió a $188.570, bajó abruptamente en 2018 a $165 mil millones y en 2019 caerá a $146.717 millones.
En el marco interpretativo del documento de CIPPEC, lo sucedido en 2018 es una muestra más del modo en que se comporta históricamente la inversión nacional en educación, siempre condicionada por los vaivenes de la economía explican en gran parte las alzas y bajas de la inversión nacional en educación, que queda soslayada y se reduce en períodos de crisis.
Sin embargo, desde el ministerio de Educación nacional no están de acuerdo con este interpretación. “Simplista e inadecuada”, así consideró el jefe de gabinete del ministerio de Educación nacional, Manuel Vidal, el “enfoque político” de CIPPEC centrado en el gradualismo.
Para Vidal, la caída en la inversión educativa nacional se explica en parte por otra razón: “Un cambio de enfoque en la política fiscal, que dio a las provincias mayor autonomía fiscal a partir de la devolución del 15% de coparticipación a las provincias por parte del estado nacional”.
A partir de ahí, explicó Vidal a LANACION, si al asumir Cambiemos las provincias tenían deficit fiscal, en la actualidad 20 de los 24 distritos tienen superavit.
Desde México, el especialista en economía y financiamiento de la educación, Alejandro Morduchowicz, coincide con que las provincias cuentan con fondos pero señala un problema nuevo, que se agrava: “Es cierto que las provincias ahora tienen plata -reconoció – pero ahora el estado nacional se retiró de la gestión del sistema educativo nacional y no condiciona la transferencia de dinero a las provincias, para alentar la inversión educativa provincial. El problema ahora es en qué usan la plata las provincias, y no siempre es en educación”.
En ese aspecto, Vidal coincidió y reconoció: “Tenemos una deuda con la educación: debimos fijar condiciones para la transferencia a las provincias. Vamos a plantearlo en el futuro, quizás a través de una ley”.
Alzas y bajas de la inversión provincial
¿Cómo se explica la caída de la inversión educativa en las provincias? Las paritarias docentes cerradas por debajo de la inflación, con el impacto en el poder adquisitivo de los salarios, están entre los factores centrales de la reducción en el financiamiento educativo a nivel provincial, sostiene el documento.
Entre 2015 y 2018 el salario docente cayó en promedio un 14%. Había adquirido su máximo en 2015 pero desde entonces empezó a perder poder adquisitivo y en 2018 regresó al nivel de 2007, según el documento. La única provincia donde los salarios docentes crecieron un 14% en términos reales fue San Luis.
De los 24 distritos, 19 mostraron una caída en la inversión educativa por cada alumno de la escuela pública entre 2015 y 2017, siempre en términos reales, tomando valores a pesos constantes de 2018. Neuquén tuvo la menor caída, del 3%. San Luis, La Pampa, La Rioja y Córdoba, del 7%, aunque el ministro de Educación de esa provincia, Walter Grahovac relativizó el dato y explicó que la caída se podía atribuir a un gasto de capital hecho en un año, para construcción de aulas para la extensión de la doble jornada, que al año siguiente ya no fue necesario. Sin embargo, no aportó las series históricas de inversión educatva solicitadas por LANACION.
Chubut, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe muestran, según CIPPEC, una caída del 8%; San Juan, del 10% y Tucumán y Formosa, del 11%. La caída llegó al 13% en Río Negro; al 19% en Mendoza y en Tierra del Fuego, al 21%. Finalmente, la mayor caída se dio en Santa Cruz, con un 25%. No hay datos para Santiago del Estero en 2017.
En el caso de la Provincia de Buenos Aires, el documento registra una caída de la inversión educativa por alumno por año entre 2016 y 2017 del 12%, cuando llegó a cerca de $60mil (en pesos de 2018).
Desde el ministerio de Educación provincial ofrecieron otro cálculo, que muestra una suba en el gasto por alumno cuando se compara 2015 contra 2017. A valores corrientes de 2019, el presupuesto educativo de 2015 fue de $199.900 millones, con un gasto por alumno de $64.978,60, que sube a $68.953 cuando se consideran todos los gastos con finalidad educativa como presupuesto, fondo compensador y fondo educativo.
Para el año 2017 el presupuesto en educación fue de $ 212.181 millones, siempre a valors corrientes de 2019, lo que implicó un gasto por alumno de $66.481,2, que asciende a $69.963,9 cuando se toman en cuenta todos los gastos con finalidad educativa. En este contexto, según las autoridades educativas de PBA, se registró un aumento de 2,31% y 1,46% respectivamente.
Queda así planteado el debate en torno a los datos ofrecidos por CIPPEC comparados con los que muestra la gestión de María Eugenia Vidal en PBA.
Entre los distritos que mostraron subas en sus inversiones educativas, al contrario de la tendencia general a la baja por parte del gasto total provincial, Salta lideró con un aumento del 5% entre 2015 y 2017. Le siguieron Chaco con el 4% de cecimiento y Corrientes y Catamarca, con el 2%.
CABA es un caso particular. Entre 2015 y 2017 aumentó la inversión por alumno estatal, por año, en un 4%. También aumentó el presupuesto educativo en términos absolutos, desde $24.921 millones en 2016, a $32.660 millones en 2017, $40.094 en 2018 y finalmente $55.641 en 2019.
Sin embargo, se redujo en términos relativos al presupuesto total de la Ciudad, que aumentó por sumar la policía y otros servicios. “Al aumentar la torta presupuestaria, el porcentaje relativo de educación pasó del 22% en 2016 al 18% en 2017”, explicó el jefe de gabinete del ministerio de Educación porteño, Luis Bullrich. Salud representa cerca del 15% del presupuesto total y Seguridad, entre un 13 y 14%.
El incumplimiento que preocupa
Más allá de las diferencias de interpretación y de los datos a los que recurren CIPPEC o las distintas gestiones polítcas, el panorama descripto por CIPPEC no deja dudas sobre un punto central: el fracaso a la hora de garantizar una inversión anual en educación equivalente al 6% del PBI, un objetivo que resultó un hito en la educación argentina y que quedó establecido por ley en 2010, con la Ley de Educación Nacional.
El documento muestra claramente que en 2016 el gasto educativo consolidado, sumando la inversión educativa nacional y las provinciales, estuvo por debajo de esa meta con el 5,80% respecto del PBI y siguió bajando en 2017, cuando llegó al 5,65% del PBI. “Una alerta que en año electoral sobre todo el gobierno nacional y los provinciales no pueden ignorar”, sostuvo Cardini, que también advirtió: “Los traspasos electorales suelen discontinuar las políticas educativas”.