El G20 es un momento único para Argentina y hay que aprovecharlo para generar discusiones valiosas

¿Hay lugar para la sociedad civil en el principal foro mundial de economía? El G20, actualmente presidido por Argentina, reúne cada año a alrededor de 20.000 representantes, funcionarios de Gobierno, líderes y mandatarios de los 20 miembros del foro. A lo largo de 2018 habrá más de 50 reuniones en ciudades argentinas. La actual presidencia establece como prioridades empleo, infraestructura para el desarrollo y seguridad alimentaria. Las organizaciones cívicas vienen trabajando en estos tres desafíos globales y buscando soluciones hace ya muchos años.

La sociedad civil encontró un lugar de participación en el foro a través de los denominados grupos de afinidad, que se reúnen a la par del G20 para establecer un diálogo fluido con los líderes. Los encuentros entre los participantes pueden ser en eventos presenciales o virtuales. Cada grupo prepara una serie de recomendaciones con el objetivo de fijar la posición de sus principales referentes en cada una de las cuestiones abordadas. Si bien estas recomendaciones no son vinculantes, se supone que son consideradas por el G20 en sus discusiones y negociaciones. Actualmente, hay siete grupos de afinidad que representan al sector privado (Business 20), sector social (Civil 20), los sindicatos (Labour 20), la comunidad científica (Science 20), la comunidad académica (Think 20), las mujeres (Women 20) y la juventud (Youth 20).

Durante la presidencia argentina, el Civil 20 (C20) está liderado por Poder Ciudadano, una organización que defiende los derechos cívicos, y la Red Argentina para la Cooperación Internacional (RACI), que contiene a más de 150 organizaciones. Su agenda principal tiene que ver con la lucha contra la corrupción, la transparencia y el fortalecimiento de las instituciones.

El Women20, liderado por la diputada Susana Balbo y la empresaria Andrea Grobocopatel, quieren llevar ante los líderes las preocupaciones de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en asuntos de género y en empoderamiento de las mujeres. En el caso de la presidencia argentina, se ha organizado un fuerte proceso de diálogo nacional en el que delegadas del W20 reúnen a todas las organizaciones que trabajan en estos temas y que desean participar para asegurar que el trabajo será fiel representación y reflejo de todos aquellos focos que la sociedad civil.

En las reuniones de los grupos de afinidad no se tratan los asuntos locales de cada país, sino que se piensan los problemas globales. Es por este motivo que muchas organizaciones territoriales no se sienten parte del espacio. “En las reuniones de C20 hay que invertir mucho tiempo. Vamos a seguir construyendo a partir de las discusiones que se desarrollaron en Alemania (presidencia anterior de G20). Es un espacio complejo para trabajar y no contamos con una masividad de organizaciones que quieran participar. De todas formas, nosotros abrimos las puertas”, dice Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano.

La directora ejecutiva de CIPPEC (organización que lidera el T20, junto al Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) Julia Pomares opina que muchas organizaciones ven a los temas internacionales como disociados de su realidad. “La verdad es que lo que firme o no firme un presidente en reuniones internacionales puede tener gran impacto en la vida cotidiana de las personas de cada país. Por ejemplo, la posición que se tome con relación al cambio climático puede repercutir en cómo va a ser el mundo de mañana”, explica.

Fundación Eidos nació como una organización de estudiantes en una escuela pública. Hoy se especializa en la creación, desarrollo y ejecución de experiencias educativas innovadoras. Esta organización, junto a AIESEC Argentina, preside Y20, el grupo que representa a los jóvenes. “La incidencia va a depender mucho de quienes participen, a quién tengas de apoyo y del trabajo que se haga después del foro. Creo que los encuentros de los grupos sirven para hacer networking y distribuir el conocimiento”, asegura el director ejecutivo de Eidos, Agustín Batto.

“No he visto que a través de estos espacios se incida realmente en políticas públicas globales si no hay voluntad de los países de llevarlo adelante”, destaca Carlos March, un especialista en temas vinculados al Tercer Sector ajeno a los grupos de afinidad que actualmente trabaja como director de comunicación de Fundación Avina. “La mayoría de las organizaciones sociales no están preparadas para la incidencia en esa escala. Para lograr impacto, se necesita alguna ayuda interna que abra el espacio, sino es muy difícil incidir en la toma de decisión. Debo reconocer que la sociedad civil es efectiva en sostener en el tiempo agendas que por cansancio terminan metiéndose”.

En diciembre de 2017, el Gobierno argentino negó el acceso a 60 miembros de 18 organizaciones civiles activistas a la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta situación generó reclamos de Gobiernos europeos, y funcionarios de la Unión Europea, las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que pidieron la participación de todos. Frente a este reciente antecedente, Secchi asegura que no van a permitir que se veten organizaciones en el marco del C20. “La verdad es que no nos preocupa que haya organizaciones infiltradas. No existe G20 sin contra cumbre. Es uno de los componentes. Corriendo el tema de la violencia, que no se puede avalar, no es malo que la gente se manifieste. No tengo dudas de que alguna organización va a participar del C20 y también van a participar por afuera. Ambos son espacios validos en el marco de la ley. Si hay organizaciones antisistema que van a generar disturbios, ahí tendrá que estar la seguridad de argentina controlando”, desarrolla.

“La pluralidad hace que las discusiones y las decisiones tengan la legitimidad suficiente”, destaca Julia Pomares de CIPPEC. “Los argentinos tenemos una cultura de protesta y movimiento muy importante. Seguramente, un acontecimiento como G20 genere manifestaciones, pero creo que es un momento único para Argentina y hay que aprovecharlo para generar discusiones valiosas”.

Los grupos de afinidad, también deben trabajar sobre la continuidad en las próximas presidencias del G20. Secchi reflexiona: “Japón, que tendrá la presidencia del foro en 2019, va a representar un enorme desafío para las organizaciones internacionales porque la sociedad civil es distinta de la de Argentina y Alemania, que tienen cosas en común por regirse por parámetros occidentales. También, Arabia Saudita, presidente en 2020, presentará un gran desafío, sobre todo para el grupo de mujeres”.

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Julia Pomares

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