Dos días: uno, para verlos nacer; el otro, para anotarlos en el Registro Civil. Esta es la licencia por paternidad que la Ley de Contrato de Trabajo que lleva el número 20.744 y que data de septiembre de 1974, otorga a los papás. Y es la más retrógrada de la región. “Uruguay tiene 13 días; Perú y Ecuador, 10 días; Colombia, 8 días”, dice Sebastián Waigrais, doctor en Economía y Especialista en Inclusión Social de Unicef.
Carina Lupica, consultora independiente de varias instituciones internacionales, entre ellas la Organización Internacional del Trabajo (OIT), explica: “Existen la licencia de paternidad, inmediatamente después del parto, y la licencia parental, más extensa, que puede compartirse entre el padre y la madre. En muchos de los países de la OCDE esta licencia, de 8 semanas en promedio, es exclusiva para el padre. En Chile, Cuba y Uruguay, únicos países de América Latina que brindan licencia parental, los permisos pueden compartirse entre padre y madre. Pero, si son transferibles, son usados en mayor medida por las mamás.”
Esto último prueba que, más allá de la leyes, el cuidado siempre aparece asociado a la mujer. “Que el varón o la persona no gestante tenga pocos días supone un enfoque maternalista”, afirma Florencia Caro Sachetti, economista del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
La empresa que otorga la licencia parental más extensa del país, de 6 meses, es, desde enero de este año, el laboratorio Sanofi. “Es para cualquier tipo de familia y sin diferencias de jerarquía o antigüedad”, explica Mara Leonardi, directora de Comunicación y Sustentabilidad de la compañía.
El primer empleado que podrá goza de un período de 6 meses para acompañar a su esposa, Verónica, y a su hija Lourdes es el médico veterinario Héctor Abeiro, que será papá por tercera vez y que se desempeña como agente de propaganda médica en Sanofi desde hace 25 años.
Héctor cuenta que él y su mujer llevan 8 años en pareja y que la bebita que llegará en mayo “no fue planificada”. “La compañía toma una decisión atrevida e innovadora -agrega-. Es un enorme paso para lograr igualdad. Las empresas no tomarán tan fácilmente la decisión de elegir varones porque también nosotros tendremos licencias cuando seamos padres”.
“El mapa nacional está muy fragmentado -explica Carolina Aulicino, Magister en Administración de Políticas Públicas de Unicef-. Por un lado, la ley de Contrato de Trabajo establece dos días; por otro, en el empleo público nacional se dan 5 días, y en las normativas provinciales la duración varía. En la ciudad de Buenos Aires se otorgan 45 días. Si bien a la mayoría le siguen dando los dos días de ley, se genera un mosaico que hace que iempo de cuidado y el apego paternal dependan del lugar de nacimiento”.
Además, agrega Aulicino, estos beneficios solo cubren al 50% de los trabajadores, porque quienes están en la informalidad y los monotributistas y autónomos no tienen ningún tipo de licencia.
Fuentes del Ministerio de Trabajo indicaron a LA NACION que el proyecto de ley presentado en el Congreso en 2018 por el expresidente Mauricio Macri para extender la licencia por paternidad, está por estos días en estudio. “Puede ser que se mantenga, puede ser que se lo revise -afirmaron-. Luego seguirá su curso en el Congreso, aunque no podemos decir cuándo”.
Economía del cuidado
Caro Sachetti dice que con la nueva gestión se empezó a abordar el tema de la economía del cuidado, para avanzar hacia un sistema que incluya licencias y espacios de cuidado para niños pequeños, personas mayores y con capacidades diferentes.
“Los cuidadores casi siempre son mujeres -agrega-. Es un trabajo mal remunerado y a menudo se desarrolla en la informalidad. En el hogar, el trabajo no remunerado es un subsidio a la economía: todas las tareas de la casa, que son imprescindibles para vivir, no se remuneran ni se valorizan ni se les otorga visibilidad”.
Waigrais afirma que, contra lo que se cree, “las licencias prolongadas no son un costo para el sistema de seguridad social ni una pérdida de productividad para las empresas: existe evidencia suficiente de muchos países que demuestra que aumentan la productividad, la inserción laboral y la equidad de género”.
Según la opinión de Aulicino, hay mucho por hacer en nuestro país. “Se necesita un nuevo marco normativo; deberían alcanzarse metas graduales considerando el impacto fiscal y pensar en un esquema progresivo de derechos”.
Son muchas las empresas privadas que otorgan licencias por paternidad más largas y pagas de las que dispone la ley. No suelen limitarse al padre varón biológico, sino también a padres adoptivos y a personas no gestantes, para contemplar todos los tipos de familias.
El Banco Galicia y sus compañías vinculadas dan 30 días corridos. La empresa P&G brinda 10 días hábiles. La Red Link, un beneficio de 5 días, pero un programa especial de brinda la posibilidad de extenderlo por el período de un mes.
Desde hace más de 10 años, el laboratorio GSK ofrece una licencia de dos semanas corridas. Natura otorga una licencia por paternidad de 40 días desde 2016. En Roche la licencia es de 15 días. Desde 2015, la compañía Practia también da tres días hábiles más (así, son 5 en total si se consideran los de la ley).
En Johnson & Johnson los nuevos padres tienen 8 semanas para disfrutar del nuevo integrante de hogar. “Mi primer hijo, Franco (4 años), nació cuando trabajaba en otra compañía. Tuve dos días de licencia. Cuando llegó Delfina (10 meses), ya sabía que me había perdido momentos irrepetibles. Por eso, estar en casa con la beba fue lo mejor que me pudo pasar. Pude bañarla, ponerla a dormir y alternar las tareas con mi mujer para aliviarla un poco de tanta carga física y emocional”, cuenta, sin disimular su emoción, Mariano Moscarelli (42), especialista de Ventas de Johnson & Johnson Medical Devices.
Santiago Cánepa, de Finanzas GSK Argentina también pudo disfrutar de la licencia con sus dos hijos: “Amelia cumplió tres meses y Felipe ya tiene dos años. La licencia extendida permite estar los primeros días, compartir más tiempo y ayudar en las tareas del hogar, compras, trámites.”
“Es un beneficio que tiene un profundo impacto -dice Darío Fregeiro, 32 años, papá de Benjamín y Key Account Manager Jannsen Pharmaceuticals, Johnson & Johnson-. Como padres es esencial. Nosotros no amamantamos, ni estuvimos embarazados. Este tiempo permite el apego entre padres e hijos, algo que es natural para la madre y que no necesariamente lo es para un papá”.