Publicado en junio de 2021
La pandemia transformó en tiempo récord las formas en las que interactuamos, trabajamos, producimos y cuidamos. Si bien las consecuencias a largo plazo aún están por verse, resulta claro que la crisis amplía desigualdades y genera retrocesos en términos de igualdad de género. Esto no solo vulnera los derechos de mujeres y niñas, también dificulta el logro de la Agenda 2030.
No obstante, la crisis actual trae consigo una oportunidad: el poder transformador de la pandemia puede conducirnos a repensar una nueva normalidad en la que el género y la diversidad se conviertan en variables clave en el proceso de políticas públicas. Este enfoque guarda un gran potencial para construir sociedades más resilientes e inclusivas que estén mejor preparadas para enfrentar desafíos futuros.