Repensar el curriculum para transformar la secundaria: Estudio de tres casos de provincias argentinas


Publicado el 15 de julio de 2024

Entre la década de 1990 y principios de los 2000, la escuela secundaria en Argentina atravesó una época de profundos cambios normativos y estructurales. El mandato de inclusión de la Ley de Educación Nacional sancionada en 2006 obligó al Estado a garantizar el acceso al nivel secundario a la totalidad de las y los jóvenes. Desde entonces y hasta 2021, la escolaridad en el nivel secundario aumentó 10 puntos porcentuales,
del 82% al 92% con diferentes niveles de heterogeneidad en las provincias. A pesar de estos avances, la implementación de políticas públicas en este período no fue suficiente para cumplir con las expectativas de permanencia, egreso y calidad que la secundaria debería ofrecer para el cumplimiento de los derechos de los y las estudiantes. Hoy sabemos que apenas el 13% de quienes ingresan a la escuela primaria llega al último año de la secundaria en el tiempo teórico esperado y con aprendizajes satisfactorios en Lengua y Matemática.

Esta expansión del nivel secundario se produjo en un contexto de incesantes transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, pero bajo un modelo de escuela secundaria que se mantuvo rígido y resistente a los embates del cambio de época. Fue la segunda década de los 2000 la que abrió, con mayor claridad, el telón para que las transformaciones en la escuela secundaria entren en escena. El concepto de capacidades, la interdisciplinariedad, la distinción entre saberes esenciales y saberes emergentes1, regímenes académicos más flexibles, el uso intensivo de las tecnologías son algunos de los elementos que gradualmente empezaron a permear en las transformaciones de la secundaria en las provincias del país.

En 2020, la irrupción de la pandemia y la indefectible necesidad de tomar decisiones en un contexto de alta incertidumbre, llevó a los sistemas a aplicar en la práctica muchas de las ideas que se venían discutiendo o que las propias escuelas deseaban poner en práctica como modo de innovar.

Teniendo en cuenta que Argentina es un sistema político federal y que las provincias están a cargo de la educación, ¿de qué modo se llevó adelante la operacionalización de las normativas que empujaban la transformación del nivel secundario? ¿Cómo las provincias implementaron sus propias innovaciones?, ¿qué las caracteriza y diferencia?

Este trabajo se propone estudiar los casos de Córdoba, Misiones y Santiago del Estero dado que ofrecen una diversidad de procesos, perspectivas y contextos. Su objetivo es analizar las características de las transformaciones curriculares del nivel secundario para extraer aprendizajes que constituyan un insumo valioso para informar procesos de cambio en otras regiones del país y del mundo. Para ello, lleva adelante una estrategia cualitativa apoyada en revisión documental y bibliográfica, además de entrevistas en profundidad y grupos focales a actores claves (autoridades ministeriales, equipos técnicos, directivos y docentes).

El recorrido por las experiencias de Córdoba, Misiones y Santiago del Estero nos muestra una diversidad de puntos de partida y desafíos en cada provincia, así como distintos focos en los cambios que se promovieron. En Córdoba, la política de transformación busca consolidar una escuela secundaria orientada a la formación profesional tecnológica y conectada al sistema productivo de la provincia. Se trata de un proceso que viene
implementándose de manera gradual y voluntaria, lo cual, de acuerdo a los entrevista dos, ha favorecido la transformación.

En Misiones, el proceso de adecuación curricular priorizó los saberes esenciales e incorporó saberes emergentes que interactúan con el contexto provincial. De esta manera, busca romper con la secundaria tradicional de manera gradual, proponiendo nuevos modos de trabajo y temáticas de actualidad, e invitando a equipos directivos y docentes a que sumen, de acuerdo a su voluntad y en la medida de sus posibilidades, alguna de las innovaciones propuestas.

En Santiago del Estero, la reforma del diseño curricular permitió reorganizar institucionalmente el nivel secundario, con foco en la concentración en orientaciones prioritarias y en recuperar la identidad provincial y local. Al mismo tiempo, se depositó un margen de autonomía mayor en las escuelas para adecuar el proyecto educativo a sus realidades.

Más allá de los matices de cada uno de los casos, es interesante detectar los puntos de coincidencia de los procesos de transformación del nivel secundario de Córdoba, Misiones y Santiago del Estero: la inspiración en los marcos de referencia federales; el diálogo con modificaciones de los regímenes académicos; el acento en la identidad local; la centralidad de la tecnología; la promoción del trabajo interdisciplinario; la conformación de escuelas experimentales[1].

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