Publicado en agosto de 2022
La pandemia de COVID-19 golpeó a una Argentina que ya arrastraba problemas de crecimiento económico y de empleo. Las políticas de distanciamiento establecidas como respuesta al problema sanitario que introdujo la pandemia generaron una pausa de la actividad en general que afectó de manera distinta a los sectores productivos según su naturaleza. El sector gastronómico fue uno de los más afectados por la pandemia dado que las restricciones a la circulación y la limitación en el aforo afectaron en mayor medida las actividades con alta proximidad física.
En el momento más estricto del aislamiento social (abril de 2020), la economía argentina mostró una caída interanual del 25%, mientras que, en los sectores de hotelería y gastronomía, la caída fue del 85%. Esta dinámica presentó una continuidad también al momento de encarar la recuperación: en marzo de 2021 el promedio de la economía mostraba una recuperación del 11% ,mientras que el sector gastronómico aún seguía en crisis, sin signos de reactivación y con una caída -22% (Instituto Nacional de Estadítica y Censos).
En términos de empleo, la caída interanual fue más profunda para las personas asalariadas informales, particularmente durante el segundo trimestre del 2020, cuando la variación interanual llegó a ser de – 65%, mientras que, en el caso de los trabajadores y trabajadoras formales, fue de -17%, segmento que contó con la prohibición de despidos decretada por el gobierno nacional y programas de sostenimiento del trabajo formal, como el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).
En este marco, el crecimiento de los servicios de reparto de plataforma se vio potenciado, tanto a partir de la expansión del consumo mediante plataformas como en la cantidad de trabajadores y trabajadoras de reparto. Con la irrupción de este tipo de plataformas se modificó el vínculo laboral entre la empresa gastronómica y la persona que realiza el reparto, el cual ahora está mediado por una tercera empresa. Frente a la alta visibilidad en las calles de repartidoras y repartidores resurgió con más fuerza el debate público sobre las condiciones de trabajo en las plataformas.
A diferencia de revoluciones tecnológicas pasadas, nos enfrentamos ahora a una tecnología que asume el rol de mediación entre empleador/a, persona trabajadora y consumidores/as, a lo que se suma la supervisión del trabajo a través de la generación y gestión de datos. Si bien los trabajadores o las trabajadoras tienen márgenes de decisión que exceden a la relación de dependencia tradicional, también ajustan su trabajo al control de desempeño y a los premios y castigos implementados por las empresas. De esta dualidad surge el debate sobre la verdadera naturaleza de la relación laboral entre plataformas y repartidores/as, donde voces en contra y a favor discuten el nivel de dependencia y, por ende, la necesidad de mayores derechos laborales.
El avance en la tecnología posibilita utilizar herramientas de control y protección basadas en información que permitan mantener el dinamismo y la productividad sin por eso desatender la protección del trabajador o la trabajadora, en una flexibilidad virtuosa para las partes. El mismo algoritmo y las mismas herramientas que hoy asignan tareas y miden el desempeño para asignar premios y castigos pueden también ser una forma de garantizar la protección del puesto de trabajo. Las empresas cuentan con información muy detallada y valiosa que podría servir, por ejemplo, para estimar períodos de vacaciones o licencias según la actividad de cada trabajador/a. Para ello, es fundamental la transparencia de algoritmos, entendida como previsibilidad en la asignación de tareas, premios y penalidades.
Es necesario buscar mecanismos para preservar aspectos positivos de estos nuevos puestos mientras se garantiza una apropiada regulación y protección de los trabajadores y las trabajadoras. El camino que se abre para tal equilibrio es la construcción de la protección del puesto de trabajo sobre la base de la transparencia, el uso inteligente de datos y el acuerdo entre las personas trabajadoras y las empresas.
En Argentina, a través de la creación de un estatuto especial para trabajadores y trabajadoras de plataformas, se podrían diagramar regulaciones inteligentes que favorezcan el crecimiento del sector, al mismo tiempo que se garantice la protección de quien ocupa el puesto de trabajo. Entre los aspectos clave a abordar, encontramos el salario y la negociación colectiva, la seguridad social, la protección del puesto de trabajo e indemnizaciones, la salud y la cobertura por riesgos de trabajo. En todos estos aspectos los tomadores de decisión deberán evaluar costos y beneficios de un menú de opciones limitado, pero fundamental para lograr el objetivo de crecimiento con protección.