El domingo 11 de junio falleció Mónica Bifarello. Se fue antes de su hora y deja un enorme vacío en la Provincia de Santa Fe pero también en CIPPEC.
Desde CIPPEC acompañamos a Mónica durante gran parte de su carrera política. En 2007 arrancamos yendo a las asambleas ciudadanas que ella, como Secretaria de Municipios y Comunas, organizaba en todo el territorio santafecino. Ese proceso permitió, por primera vez en el país, organizar una planificación participativa provincial a largo plazo. Nuestro rol era acompañar técnicamente el proceso con el foco en cómo potenciar la incidencia de la ciudadanía y la sociedad civil organizada en esas asambleas. Fue, para nosotros, un enorme aprendizaje no sólo de la planificación provincial en marcha, sino de la calidad técnica y la calidez humana de Mónica.
Mónica fue la líder de todo ese proceso pero con un estilo de liderazgo horizontal y muy participativo que luego iba a profundizar. Con muchos colegas, al presenciar las asambleas y ver a los Ministros y hasta al gobernador dialogando como pares con los ciudadanos para delinear el futuro de la provincia, compartíamos nuestra admiración por el logro que implicó llevar a la práctica ese diálogo fuera de un contexto de campaña y sin una estrategia de comunicación que buscase explotarlo políticamente.
En 2011 Mónica asumió como Ministra de Desarrollo Social de la provincia de Santa Fe y, desde el primer momento, estuvimos muy cerca de ella. La acompañamos en el rediseño institucional del Ministerio y luego trabajamos codo a codo con el Plan ABRE. Fue en esas instancias donde pudimos ver, de primera mano, como se delineaban en política concretas sus valores y concepciones políticas, como se materializaba su insistencia sobre la necesidad que el Estado se adapte a los territorios y a las familias y no al revés. Este foco en entender las lógicas territoriales para el diseño y, sobre todo, la implementación de las políticas, fue una marca registrada de su gestión que todavía sigue presente en la administración de la provincia.
Mónica fue realmente un puente entre la academia y la gestión. Tanto en la organización de las jornadas de discusión académica con todos los empleados del Ministerio, como en su vocación por “aterrizar” los debates conceptuales a las realidades apremiantes de los territorios, ella siempre fue el nexo. Y lo hizo desde una perspectiva plural y participativa.
Mónica tenía mucho más para dar. Su reciente incorporación como investigadora en CIPPEC nos llenó de orgullo. Empezábamos a disfrutar de primera mano sus enseñanzas, su vocación de transmitir su experiencia a los más jóvenes, su capacidad de crítica constructiva. Sabíamos, y lo comprobamos en estos meses de trabajo en equipo, que perfiles como el de ella le aportaban a la institución una mirada y una experiencia de gestión fundamental para crecer en calidad e incidencia.
Su prematura muerte nos dejó una enorme sensación de vacío. Se la va a extrañar muchísimo. No abundan las personas que logran llevar a la práctica el enfoque de derechos como ella lo hizo. Dejó un legado profundo y muy relevante. Ojalá logremos honrarlo.