Metodología para el desarrollo de un SAT provincial y la planificación de su implementación


Publicado el 19 de julio de 2024

Los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) para la prevención del abandono escolar son una de las acciones más recomendadas por organismos especializados para proteger las trayectorias escolares (Banco Mundial, 2021; UNESCO, 2021; BID, 2021). Un SAT es una herramienta que –apoyada en los sistemas nominales de información y el seguimiento de factores específicos asociados al abandono escolar (ej. inasistencia, calificaciones, nivel socioeconómico) – permite identificar a los y las estudiantes con mayor riesgo de abandono para promover acciones que fortalezcan sus trayectorias y así evitar que dejen la escuela. Su objetivo es instalar un mecanismo sistemático de gestión del riesgo de abandono, basado en un uso inteligente de la información y en la activación de intervenciones oportunas.

En 2022, CIPPEC inició dos proyectos de colaboración técnica en las provincias de Entre Ríos y Mendoza para la implementación de un SAT en el nivel secundario. A partir de la experiencia con ambas provincias, hemos desarrollado una metodología de trabajo para implementar esta política que consta de cuatro etapas: i) investigación y análisis sobre las condiciones para implementar un SAT; ii) diseño del SAT y planificación de su implementación; iii) implementación del piloto y monitoreo; y iv) recomendaciones para escalar y fortalecer el SAT en la jurisdicción.

Este documento detalla la segunda etapa, que tiene dos objetivos principales: el desarrollo del módulo SAT y la planificación de su implementación. El primer objetivo implica abordar dos cuestiones. Por un lado, definir el modelo predictivo, es decir, el tipo de indicadores o modelo matemático a utilizar para estimar el nivel de riesgo de cada estudiante. Por el otro, desarrollar la interfaz o plataforma a través de la que se comunicarán las alertas1 y con la que los actores del sistema educativo podrán interac-tuar.

La construcción de un modelo predictivo capaz de identificar oportunamente los y las estudiantes en riesgo de abandono es uno de los pasos más importantes para implementar un SAT efectivo. En este sentido, una definición clave es el tipo de modelo predictivo que se utilizará: un modelo predictivo basado en indicadores o uno basado en inteligencia artificial. Ambos modelos tienen la capacidad de ser útiles para cumplir con su propósito, por lo que optar por uno u otro dependerá de las condiciones y posibilidades de cada jurisdicción.

Otra definición importante es qué variables se incluirán en el modelo predictivo. Para tomar esta decisión es necesario considerar al menos tres cuestiones: i) los componentes básicos que la literatura ha identificado como los predictores más potentes del abandono escolar; ii) los factores específicos que inciden en la problemática en el sistema educativo en consideración; y iii) el análisis de la información disponible en el sistema de información y gestión educativa (SIGED) jurisdiccional. De esta manera, se construirá un modelo acorde a las características y particularidades del contexto.

Una vez construido el modelo predictivo es momento de desarrollar el módulo SAT. Para ello, es necesario tomar definiciones sobre algunas características centrales de su diseño: i) cómo se visualizarán las alertas (ej. listado de estudiantes en riesgo, agrupa-miento de estudiantes según tres niveles de riesgo que se visualizan como un semáforo, etc.); ii) qué información adicional sobre los y las estudiantes o su familia se incluirá en el módulo para facilitar el análisis de los casos en riesgo (ej. información sobre la trayectoria escolar de cada estudiante, datos de contacto de la familia, etc.); iii) qué perfil o perfiles del sistema educativo podrán acceder (nivel central, supervisores, equipos escolares, etc.); y iv) qué acciones estarán habilitados a hacer dentro del sistema (ej. visualizar las alertas, registrar causas o intervenciones, hacer un seguimiento de las estrategias implementadas, etc.).

El módulo SAT debe ser una herramienta intuitiva y clara que contribuya a identificar a los y las estudiantes en riesgo de abandono escolar, analizar su situación, definir las estrategias más adecuadas para fortalecer sus trayectorias y hacer un seguimiento de su implementación. Para alcanzar este objetivo, es recomendable escuchar la opinión de sus usuarios, tanto en el momento de desarrollar la primera propuesta como cuando ya se encuentra en funcionamiento. Esto seguramente contribuya a construir una mejor herramienta y favorezca su apropiación.

El segundo objetivo de esta etapa, como se dijo anteriormente, es planificar la implementación de la política. Esto implica, en primer lugar, definir sus características generales. ¿El SAT se implementará en un subconjunto de escuelas o en todas las es-cuelas de la provincia? ¿Cuántas alertas se generarán a lo largo del año y en qué momentos? ¿Qué perfiles escolares estarán a cargo de atender las alertas (ej. directores, preceptores, docentes, etc.)? ¿Qué tipo de acompañamiento recibirán las escuelas por parte de las y los supervisores y del ministerio de educación provincial? ¿Se elaborará una normativa específica para institucionalizar la política?

Definidas estas cuestiones, es necesario poner el foco en las intervenciones que tendrán a disposición las escuelas para atender las alertas. Un SAT, además de identificar a los y las estudiantes en riesgo de abandono escolar, es una herramienta para la acción que contribuye a orientar la toma de decisiones y a focalizar los esfuerzos y recursos disponibles. Por este motivo, solo adquiere sentido si va acompañado por un conjunto de intervenciones destinadas a fortalecer las trayectorias escolares de los y las estudiantes.

Dado que en la mayoría de los casos ya existen políticas destinadas a este objetivo, es recomendable partir de su relevamiento y evaluar si corresponde articularlas con el SAT y, en caso de ser necesario, cómo hacerlo. Por lo tanto, este proceso puede plantearse en tres momentos: i) relevamiento de las intervenciones disponibles; ii) ajuste a la lógica del SAT de las intervenciones consideradas relevantes; y iii) comunicación de las intervenciones a las escuelas. Para esto último, se sugiere elaborar una guía de intervención, es decir, un documento que incluya el listado de intervenciones a disposición de las escuelas y tenga como objetivo acompañarlas en el proceso de atención de las alertas.

Por otra parte, a la hora de favorecer la apropiación del SAT, además de la elaboración y difusión de la guía de intervención, es importante desarrollar una propuesta de capacitación específica. A través de ella, se espera que para todos los actores involucrados sea claro qué es y cómo funciona el SAT desarrollado en la provincia. Además, podrá ser una oportunidad para reflexionar junto con los equipos escolares sobre la problemática del abandono y aumentar la confianza en su capacidad de intervención para prevenirlo, potenciada por el uso de la información (UNICEF, 2017). El uso de información digitalizada para fortalecer las trayectorias escolares puede suponer un cambio cultural en la manera de gestionar para las escuelas y es deseable acompañar este proceso desde el dispositivo de capacitación.

Otra dimensión importante de la planificación de la política es la definición de una estrategia de comunicación. Es recomendable construir una narrativa común sobre la problemática que estos sistemas abordan el abandono escolar y la potencialidad de los SAT para fortalecer la trayectoria de los y las estudiantes. Un lenguaje claro y cercano a los actores escolares favorecerá su apropiación.

Finalmente, antes de pasar a la implementación de la política, es necesario acordar su estrategia de monitoreo. Esto es fundamental para identificar los principales desafíos en su puesta en marcha, conocer los aspectos que facilitaron y dificultaron el trabajo de acompañamiento de las trayectorias que llevaron a cabo los actores escolares a partir del SAT, y generar recomendaciones de mejora para fortalecer la política. En este sentido, es importante acordar de antemano qué información será necesario disponer o generar para monitorear la implementación, cómo se recabará y cuándo.

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