Se necesitan muchos ingredientes para llevar adelante una reforma seria de las instituciones políticas de nuestro país. Cualquier gobierno precisaría un fuerte apoyo político, dentro y fuera de su partido, además del respaldo de la sociedad civil, el acompañamiento de una prensa
medianamente madura, el visto bueno de los sindicatos y la suma de acontecimientos históricos que precipiten la necesidad de tal reforma.

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