Los supervisores y directores de escuela tienen una responsabilidad ineludible y juegan un rol clave en la calidad y la equidad de los aprendizajes de los alumnos. En primer lugar, tienen una importante influencia en las motivaciones de los docentes y pueden impactar en el desarrollo de sus competencias y sus prácticas profesionales. Abundante literatura internacional revela la importancia de ambos roles de liderazgo en la construcción de un buen clima escolar y en la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Para alimentar la concepción de una política de fortalecimiento de los cargos de dirección y supervisión de escuelas a través de la formación es importante no solo mirar al mundo, sino conocer mejor las lecciones de experiencias en curso en la Argentina.
Este documento analiza 15 programas sistemáticos (no acciones coyunturales) de formación, la mayoría desarrollados por actores no gubernamentales (fundaciones o universidades) en los últimos cinco años.