El gobierno de Mauricio Macri inició su gestión económica con una excelente largada. El diagnóstico sobre los problemas a resolver era adecuado: para volver a crecer sostenidamente había que evitar que las tensiones inflacionarias y de escasez de divisas dominen la escena, y se necesitaba, además, cambiar las fuentes del crecimiento desde el consumo hacia la inversión y las exportaciones. Los primeros pasos en esa dirección involucraron tres objetivos de política: romper con la dominancia fiscal, recuperar competitividad externa y acceder nuevamente a los mercados financieros internacionales.

Sobre el atraso cambiario, la política de unificación cambiaria y devaluación del peso también fue inicialmente en el sentido correcto: según el BCRA, entre comienzos de diciembre y marzo, el tipo de cambio real multilateral (que, aunque imperfectamente, refleja la competitividad externa) se depreció aproximadamente un 45%. Adicionalmente, la solución del conflicto con los holdouts abrió las puertas para la recuperación del crédito externo. En cuanto a la desactivación de los mecanismos de la dominancia fiscal, un paso crucial era corregir el atraso tarifario. Las políticas anunciadas por el gobierno en materia de ajuste de tarifas eléctricas y de transporte fueron en ese sentido: de acuerdo a la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), en el primer trimestre de 2016 los subsidios económicos se redujeron un 21% en términos nominales.

Sin embargo, el gobierno no logró evitar que el traslado (pass through) de la devaluación a precios desatase una espiral de aumentos de precios y salarios. Para colmo, los reajustes preventivos de precios habían comenzado antes de la devaluación, no sólo en bienes transables sino también en no transables (cuyos costos no están ligados al tipo de cambio). Esto y el impacto directo del aumento del tipo de cambio nominal producto del levantamiento del cepo elevaron de manera considerable el ritmo de inflación por encima de los registros observados al final del gobierno precedente, incluso antes de que comenzaran las negociaciones paritarias y que se concretara el reajuste de tarifas.

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