Publicado en diciembre de 2020
La crisis desatada por la pandemia de la COVID-19 tuvo un fuerte impacto socioeconómico sobre los hogares y visibilizó las profundas desigualdades en nuestro país. Una de las poblaciones más afectadas fueron las mujeres. Previo a la pandemia, las mujeres ya registraban una menor participación laboral y en peores condiciones, y una mayor carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los varones.
Las particularidades que trae aparejadas la crisis de COVID-19 acentuaron estas brechas de género: la participación laboral femenina declinó al 45% y en dos tercios de los hogares que incrementaron su carga de trabajo doméstico las mujeres fueron sus responsables principales o exclusivas. Estas consecuencias podrían tener efectos que posiblemente perduren más allá de la emergencia.
Estos impactos no fueron equivalentes en todas las jurisdicciones de Argentina, producto de una incidencia variable del virus y de líneas de partida diferentes en torno a las brechas de género. Así, surgen desafíos diversos en el territorio que requieren acciones específicas y ajustadas a cada realidad.
En este marco, cobra relevancia el rol de los gobiernos subnacionales en plantear estrategias integrales de respuesta a la pandemia y de reactivación económica desde una perspectiva de género con un enfoque interseccional. Transversalizar la perspectiva de género en el Estado consiste en realizar esfuerzos de manera sistémica para que la elaboración y ejecución de políticas en todas las áreas de gobierno apunten a disminuir las brechas de género. Es, en otras palabras, una herramienta de los Estados para garantizar la igualdad de trato, de no discriminación y de oportunidades en la población. Esto implica tanto adaptar las políticas públicas existentes desde una mirada de género como también identificar vacíos de política que requieran nuevas intervenciones.
Para incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas en respuesta a la pandemia, los gobiernos locales pueden beneficiarse de avanzar en tres acciones clave: la disponibilidad de datos de calidad, la definición de una oferta programática basada en un diagnóstico preciso y una estrategia bifaz de abordaje integral. Estos lineamientos que ofrece la literatura en torno al diseño de estrategias integrales de política pública y las experiencias de gobiernos jurisdiccionales alrededor del mundo apuntan a un abordaje de la pandemia desde un enfoque de género interseccional que garantice el cumplimiento de derechos