El Plan Abre Familia. Un ejemplo de diálogo entre políticas públicas y territorio


Publicado en mayo de 2019

Los programas de acompañamiento familiar son uno de los instrumentos de la política social que ganaron popularidad en los años recientes: estos consisten en políticas que funcionan como puente entre la población y el acceso a un conjunto de servicios públicos esenciales para el goce de derechos.

La mayor parte de la literatura producida sobre el tema se concentra en estos programas y su vinculación con los programas de transferencia con condicionalidad (PTC). Sin embargo, no abundan los estudios sobre experiencias implementadas desde una concepción diferente y por parte de gobiernos de unidades provinciales.

Por lo tanto, este documento aborda las particularidades del componente Abre Familia, en el marco del Plan Abre, política social insignia de la Provincia de Santa Fe. El Plan Abre propone una estrategia integral sustentada en la coordinación entre diversas áreas que conforman el Poder Ejecutivo Provincial junto con gobiernos locales. A partir de un diagnóstico territorial de fuerte impronta urbana, se propone mejorar la calidad de vida en los barrios mediante la generación de obras de infraestructura estratégicas, fortalecer las redes sociales del barrio y promover la inclusión social y la participación ciudadana.

El Plan Abre atravesó un proceso constante de mejora, que fue posible gracias a la flexibilidad de su formato institucional y programático. Esto le permitió adaptarse a las nuevas demandas territoriales. En 2016, se creó el Eje Familia, como complemento a los ejes de Infraestructura y Hábitat y de Convivencia y Participación. El componente de acompañamiento familiar, enmarcado en la estrategia más amplia, resulta novedoso por una serie de factores que incluyen la flexibilidad de su formato, el uso de la información para una atención diferenciada, y la integración de las estrategias de cercanía en el territorio.

Este documento se propone dar cuenta del surgimiento de este Eje y analizar cuatro elementos críticos que ha logrado en sus primeros años de implementación. Estos son: el sistema de acompañamiento integral; el uso de la información relevada; el protagonismo de los equipos territoriales; y la apropiación de la red de actores del Plan Abre en general y del Eje Familia en particular.

Para optimizar el funcionamiento del eje, es preciso abordar ciertos desafíos. Estos incluyen escalar las prácticas de acompañamiento sin perder de foco la capilaridad del enfoque; mejorar la integración del sistema de información y agilizar su capacidad de procesamiento; optimizar y ampliar los espacios de contención y capacitación de los equipos territoriales; definir perfiles adecuados que permitan el trabajo de abordaje familiar y generar los incentivos materiales y simbólicos suficientes para sostener sus trayectorias laborales; y avanzar aún más con la difusión de las políticas del Plan Abre y del Eje Familia en particular, para lograr una mayor apropiación de la política.

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