Parte del desequilibrio en el sector proviene de una política de tarifas prácticamente congeladas en términos reales en la última década. En este contexto, CIPPEC propone una convergencia tarifaria planteada en forma gradual, a lo largo de 8 años, con un componente social que exima de las subas a los hogares más vulnerables.
La convergencia tarifaria planteada requiere ajustes reales importantes y sostenidos, cuya profundidad depende de la trayectoria futura de los precios internacionales. El impacto directo de un ajuste tarifario como el propuesto en este documento sobre la inflación rondaría el medio punto porcentual y reduciría el ritmo de crecimiento del producto en 0,5 puntos en los primero 8 años de aumentos tarifarios. La contracara sería una reducción del peso de los subsidios energéticos equivalentes a 6 puntos del PIB hacia 2019.
Un esquema de aumentos graduales de las tarifas en el sector energético, permitiría una adecuación progresiva del nivel y la estructura de la demanda. Asumiendo el desarrollo de los recursos hidrocarburíferos no convencionales con precios y costos adecuados, este escenario de demanda permitiría recuperar en el año 2029 el autoabastecimiento energético perdido a partir del año 2011.