Este documento presenta los resultados de una encuesta realizada a las autoridades de mesa que se desempeñaron en las elecciones del 17 de mayo de 2015, primera oportunidad en la que se implementó el voto electrónico para el 100% del padrón en una elección general de gobernador. Entre los principales hallazgos se destacan:
1) Al introducir una nueva tecnología de emisión del sufragio se genera una curva de aprendizaje que hay que atravesar. El caso salteño sugiere que a medida que se gana experiencia, se ajustan las capacitaciones y se mejoran los equipos, las dificultades para operar la nueva tecnología se reducen. Así, en 2015 el sistema resultó más fácil de usar que en años anteriores: las autoridades de mesa tuvieron menos problemas para operar la máquina, requirieron menos asistencia del personal informático y menos votantes tuvieron que realizar consultas.
2) Los problemas de funcionamiento de los equipos impactan en la confianza. Cuando las máquinas fallan al momento de imprimir las boletas o leer el chip, o cuando los electores no consiguen operar la máquina en forma autónoma y requieren asistencia, se afecta la confianza en las garantías y en la integridad del proceso electoral.
3) Cuando se opta por un sistema automatizado de emisión del sufragio, el personal técnico cobra un rol relevante en el correcto desarrollo de los comicios. En Salta, uno de cada dos presidentes de mesa dijo haber necesitado asistencia técnica. En consecuencia, es aconsejable que la administración electoral contemple esta nueva función, para establecer claramente su dependencia, funciones y parámetros de su accionar.