Publicado en junio de 2019
La primera infancia constituye un período crítico en el desarrollo de una persona. Hallazgos recientes de diferentes campos de estudio dan cuenta de la relevancia que tienen estos pocos años en la posibilidad de las personas para ejercer plenamente sus derechos, lograr una inserción social y laboral de calidad y romper la transmisión intergeneracional de la pobreza (Repetto, Díaz Langou, Aulicino, De Achával, y Acuña, 2016). Desde la incorporación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño a la estructura normativa nacional, Argentina avanzó en la readecuación de sus regulaciones para dar cuenta de los niños y niñas como sujetos plenos de derecho. Su garantía es responsabilidad conjunta de todos los sectores de la sociedad pero reside, en última instancia, dentro del mandato del Estado.
La Agenda Regional para el Desarrollo Integral de la Primera Infancia fue firmada en noviembre de 2017 en Bogotá por representantes gubernamentales de 11 países, organismos de cooperación multilateral, organizaciones de la sociedad civil y académicos. Supone un marco único para avanzar en el fortalecimiento de las políticas destinadas a la primera infancia en Argentina. La agenda se organiza en cuatro acuerdos de áreas a priorizar: (1) intersectorialidad y financiamiento; (2) calidad de los servicios de desarrollo infantil; (3) medición del desarrollo infantil; y (4) colaboración y alianzas. La intención es fomentar la colaboración y el intercambio en los procesos de reformas institucionales para el fortalecimiento de las políticas de primera infancia de los estados de la región.
Este informe de monitoreo se propone dar cuenta de los avances de Argentina en las cuatro dimensiones que propone la Agenda e identificar los problemas y desafíos pendientes que es necesario abordar de manera urgente. Se utilizaron como insumo los resultados de un taller de discusión en el que 40 organizaciones que trabajan en distintas jurisdicciones con niños y niñas debatieron y compartieron su visión acerca de la situación de la primera infancia en Argentina.
Aunque recientemente el Estado argentino avanzó en una agenda de políticas destinadas a este grupo poblacional, persisten enormes desafíos para alcanzar políticas integrales. Las políticas públicas reproducen la lógica sectorial que organiza al Estado en compartimientos estancos, con poca articulación entre niveles y sectores de gobierno, lo que atenta contra una atención verdaderamente integral y basada en la perspectiva del niño y la niña como sujetos de derecho (Cardini, Díaz Langou, Guevara, y De Achával, 2017).
Situación de la Primera Infancia en Argentina
A pesar de los esfuerzos realizados desde las políticas públicas, la situación de las niñas y los niños de cero a cinco años evidencia grandes desafíos en términos de pobreza, salud, nutrición y acceso a servicios de crianza, enseñanza y cuidado. Estos desafíos tienen un origen estructural y no han podido ser resueltas en las gestiones de los gobiernos recientes. En consecuencia, el cambio institucional en las dimensiones que se verán reflejadas en el informe deberá, necesariamente, ser transformador.
A pesar de que la pobreza medida por ingresos bajó para todos los grupos poblacionales desde la recuperación de la crisis económica y político-institucional de 2001, la relación entre la proporción de adultos pobres y de niños pobres aumentó desde 2003, fenómeno conocido como infantilización de la pobreza. En el primer trimestre de 2003, la ratio de infantilización de la pobreza era de 1,42 y creció hasta alcanzar 1,73 en el segundo semestre de 2018 (Encuesta Permanente de Hogares, INDEC).
En cuanto a la situación de la salud, Argentina muestra una tasa de mortalidad infantil de 9,7 cada 1000 nacidos vivos, muy por debajo de la mayor parte de los países de América Latina, con la excepción de Uruguay (8) y Chile (7) (DEIS, 2018). Sin embargo, Argentina no se desempeña tan bien cuando se exploran otras dimensiones. Según la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2005), 1,3% de los niños entre 6 meses y 5 años padecía emaciación (también llamada desnutrición aguda), 2,1% presentaba bajo peso y 8% baja talla. A su vez, en este rango etario, 10,4% de los niños eran obesos.
Respecto a la cobertura de los servicios de crianza, enseñanza y cuidado (CEC), el último dato disponible informa que apenas 32% de los niños de cero a cuatro años asiste a algún tipo de oferta (MDS-UNICEF, 2012). Este porcentaje esconde grandes disparidades. En el quintil de menores ingresos, solo el 21% de los niños asiste, mientras que en el de mayores ingresos la cifra llega a 52%. A su vez, existen disparidades a nivel regional: en la Ciudad de Buenos Aires 62% de los niños asiste a un espacio CEC, mientras que en el nordeste argentino lo hace apenas 16%. A lo anterior se agrega la franja etaria: mientras más pequeños son los niños, menor es su acceso a la oferta CEC.
Este breve repaso de la situación de la primera infancia en Argentina da cuenta de la importancia de avanzar en el fortalecimiento de las políticas públicas dirigidas a este grupo etario, con particular énfasis en cuestiones vinculadas con la integralidad y la calidad de las prestaciones.