Acá le dejo el gobierno: claves para una transición presidencial efectiva


El 10 de diciembre tendrá lugar uno de los mayores cambios de elenco de gobierno en la historia democrática de la Argentina reciente. Tras un ciclo político de 12 años, la elección presidencial inaugura un período de transición de enorme magnitud e importancia estratégica para la calidad de lo público. Con independencia del signo político del Ejecutivo electo, la transición debe ser planificada para que el nuevo elenco tenga información relevante sobre todas las áreas de gobierno y un contexto de colaboración que ponga la continuidad estatal por encima de cualquier imperativo partidario.

Según estimaciones del GPS del Estado 2015 (ASAP-CIPPEC), el número de cargos que podrá designar el presidente sin necesitar la intervención de otro poder se acerca a los 1000 funcionarios. Esta cifra abarca al elenco político que acompaña al Presidente de la Nación e incluye al gabinete de ministros, secretarios y subsecretarios, titulares de organismos descentralizados y empresas públicas, y directores de otros entes y empresas con participación del Estado. A este número se suman otros cargos que tienen el potencial de generar nuevas designaciones o de ser refrendados, como los jefes de las Fuerzas Armadas y los embajadores políticos. También existen posiciones de representación internacional, en las cuales el Estado argentino puede refrendar a los titulares actuales (por ejemplo, organismos internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, entre otros).

Los estudios en torno a las transiciones de gobierno en América Latina son escasos (con la excepción de Brasil y México), en contraste con la abundancia de análisis sobre transiciones de régimen político. La situación es distinta en los Estados Unidos, donde las transiciones de gobierno dieron lugar a una abundante literatura académica y análisis político institucional (ver recursos al final del documento).

Este documento intenta ser un aporte en ese sentido: presenta a) antecedentes nacionales y subnacionales de transiciones de gobierno; b) un análisis comparado con la experiencia internacional; c) el rol de las transiciones en la agenda de los aspirantes al gobierno, y d) conclusiones y recomendaciones de cara a la transición presidencial que finaliza el 10 de diciembre.

Preparar la transición y dimensionar su importancia, en tanto expresión de la alternancia como mecanismo de oxigenación de ideas y equipos de gobierno, supone un desafío y una oportunidad para los aspirantes a la presidencia. Sin embargo, la responsabilidad de lograr una transición de gobierno exitosa también alcanza al gobierno saliente, que debe asegurar los medios operativos, políticos y simbólicos para transitar el camino de la transición con la calidad que la continuidad del Estado merece.

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