Este año y en el futuro cercano, el mercado laboral enfrentará desafíos importantes, tanto para generar mecanismos que posibiliten un trabajo compatible con el aislamiento y la distancia social, como para reabsorber a los desempleados que dejará la crisis y generar nuevas fuentes de trabajo en simultaneo. Con impactos a mediano y largo plazo, la digitalización de la economía ya es un desafío presente a nivel productivo y educativo, en un contexto en el que más de 10 millones de alumnos perderán todo o gran parte de un ciclo escolar que ya mostraba necesidad de cambio antes de la pandemia.

En este sentido, cómo hacer frente a las nuevas demandas del mercado laboral –donde repensar los modelos de trabajo y reducir la proximidad física entre las persona se vuelve clave– y cómo adaptar nuestro modelo educativo a estas nuevas exigencias es también una cuestión crucial para pensar el desarrollo del país en los próximos años.