El principal proyecto de esta red fue crear la primera medición del Índice de Progreso Social con desagregación municipal para los 24 municipios ubicados en los primeros dos cordones del Gran Buenos Aires. El IPS es una herramienta que permite medir las necesidades sociales y medioambientales de los ciudadanos en un territorio. El desempeño relativo de estas unidades territoriales se mide a partir de 46 indicadores reunidos en tres dimensiones (Necesidades Humanas Básicas, Fundamentos de Bienestar y Oportunidades de Progreso).
El IPS se propone, a partir de contar con información detallada sobre estos componentes, que se pueda no sólo conocer el nivel de desarrollo relativo de los municipios, sino también mejorar la toma de decisiones de gobierno y transparentar la gestión. Además este índice puede ser utilizado como herramienta de monitoreo y seguimiento de los objetivos prioritarios, permitiendo incluso mejorar la rendición de cuentas.
El estudio concluye que el conurbano presenta un nivel medio de progreso social, con 47 puntos sobre una escala de 100 posibles[1], evidenciando que todavía existen desafíos importantes en materia de desarrollo. El nivel de progreso social de los municipios es muy dispar. La diferencia entre los dos extremos de la distribución alcanza los 25 puntos; 42% de los municipios presentan un índice agregado mayor al promedio para el Conurbano, mientras que 50% se encuentra por debajo de este promedio.
El informe tiene tres grandes conclusiones. La primera es que hay poca información de calidad sobre lo que sucede en el Conurbano, por lo tanto esta herramienta puede contribuir a saldar esa brecha. De esta manera se espera que el IPS pueda fortalecer la cultura de evaluación en la provincia de Buenos Aires. En segundo lugar, el gran crecimiento poblacional que tuvo el Conurbano en los últimos 30 años no fue acompañado por una ampliación de los servicios públicos y de infraestructura, derivando en las brechas de progreso social que se observan en este informe. Finalmente, el crecimiento del Conurbano tampoco fue acompañado por una gestión articulada del área metropolitana. La arquitectura político administrativa (nación, provincia y municipios) y los distintos abordajes sectoriales constituyen una barrera importante para la coordinación (vertical y horizontal) de políticas públicas necesarios para poder abordar las problemáticas y las desigualdades que afectan al Conurbano Bonaerense.
Los cambios profundos y sustantivos para mejorar el progreso social y la equidad en el Conurbano requieren de evidencia y de articulación metropolitana. Solo si se logra reducir la fragmentación de las intervenciones se podrá avanzar hacia un desarrollo integrado que preste soluciones efectivas y sostenibles en todos los aspectos críticos que mide el índice.
[1] El Índice de Progreso Social tiene una escala de 0 a 100 puntos, siendo 100 el puntaje máximo. Ese puntaje no tiene un carácter normativo, esto quiere decir que alcanzar un determinado valor no debe interpretarse como bueno o malo per se, en cambio, sino que tiene el propósito de informar el estado de avance de modo relativo a los retos acordados y expresados en los límites superiores (utopías) que se definen en el modelo.