La reducción de la pobreza en forma sostenida es claramente una de las principales deudas de las últimas décadas en nuestro país. Las recurrentes crisis macroeconómicas, la muy baja inversión para acumular capital productivo y la debilidad de las políticas de capital humano resultaron en resultados muy pobres en esta área. Los niveles de incidencia de pobreza se han mantenido en los últimos 30 años por encima del 25%, sin que se hayan verificado mejoras sustantivas, especialmente si se comparan con otros países de la región.
La dinámica macroeconómica parece haber sido un determinante central de esta situación, pero también es claro que existen otras dimensiones de la política pública donde los desafíos continúan siendo críticos. Por ello, se propone enfocar la discusión en las siguientes cuatro propuestas, ordenadas según su impacto en el ciclo de vida:
- Consolidar un sistema integral y federal de cuidados con foco en licencias e ingreso universal a la infancia.
- Avanzar en la consolidación de derechos sexuales y reproductivos que permitan continuar reduciendo el número de embarazos no intencionales, especialmente entre adolescentes.
- Avanzar hacia un modelo de intervenciones integrales de protección social, con una puerta de entrada en oficinas locales que puedan gestionar el acceso a las políticas públicas relevantes (cuidado, salud, empleo, etc.) en base a las características y necesidades de las personas con bases de datos centralizadas que habiliten un seguimiento y una gestión integrada, transparente e informada a nivel nacional.
- Revisar las políticas previsionales a fin de eliminar inequidades y situaciones excepcionales, asegurar sostenibilidad y proteger en forma adecuada al conjunto de la población mayor.