En estas cuatro décadas Argentina no logró crecer de manera sostenida y duradera. Si bien la estabilidad de la macroeconomía es una condición necesaria, la clave para crecer, exportar, y aumentar el bienestar con generación de empleo en el largo plazo es ganar competitividad aumentando la productividad de la economía. Para ello es necesario trabajar en la mejora de los entornos en que las empresas y los trabajadores desarrollan sus actividades, mejorando la infraestructura y la provisión de bienes públicos, el acceso a insumos y factores de producción de calidad, simplificando la relación con el Estado, y logrando un marco regulatorio que brinde previsibilidad para tomar decisiones de inversión de largo plazo. Así generar condiciones para exportar, producir con mejor tecnología, innovar en procesos, nuevos productos y modelos de negocios, y expandir las capacidades y el capital humano de los empresarios y los trabajadores para poder aprovechar nuevas oportunidades de negocios y empleo.
Para potenciar una matriz productiva más competitiva, además de la estabilidad macroeconómica, son cruciales los siguientes cuatro objetivos de política:
- Posicionar la inserción internacional como un pilar de la estrategia de desarrollo económico.
- Potenciar la matriz energética a partir de un plan con objetivos y lineamientos claros para aumentar la oferta y su diversificación en línea con la transición energética.
- Promover la adopción de tecnologías 4.0 con una visión integral que contemple los requerimientos de infraestructura, habilidades, aspectos regulatorios, la inversión en ciencia y tecnología y su vinculación al sector productivo.
- Institucionalizar los espacios público-privados donde se puedan establecer lineamientos de mediano y largo plazo, transparentes y previsibles de política productiva, y se establezcan las prioridades de los bienes públicos necesarios para la mejora de la competitividad.