Los siguientes diez consensos surgieron como las prioridades estratégicas para avanzar en el proceso de hacer más eficiente y transparente las estructuras estales mediante la incorporación coordinada de nuevas tecnologías e Inteligencia Artificial.
Publicado el 30 de octubre de 2024
La Transformación Pública Digital (TPD) en Argentina representa una oportunidad clave para alcanzar un Estado Inteligente y acercarlo a las necesidades de la ciudadanía.
CIPPEC reunió en un evento a referentes de la academia, la sociedad civil, la cooperación internacional, el sector privado y el sector público con el objetivo de promover el ecosistema de la TPD en Argentina para motorizar la innovación en la gestión pública y el intercambio de casos de éxito y buenas prácticas.
Los siguientes diez consensos surgieron como las prioridades estratégicas para avanzar en el proceso de hacer más eficiente y transparente las estructuras estales mediante la incorporación coordinada de nuevas tecnologías e Inteligencia Artificial.
1. La gobernanza de datos: en la base de la TPD
La gobernanza de datos es un pilar esencial para la transformación digital del sector público. Un adecuado almacenamiento, integración y utilización de los datos disponibles fortalece las capacidades estratégicas del Estado, facilitando servicios integrados y simplificando las interacciones con los ciudadanos. Esto no solo mejora la eficiencia y calidad en la toma de decisiones, sino que también promueve una gestión pública proactiva, eficiente y capaz de anticipar escenarios futuros. Además, fomenta la creación de nuevas capacidades operativas, como la normalización y el intercambio de datos entre organismos.
La creación de mecanismos que favorezcan la interoperabilidad de datos es crucial para integrar mercados de datos, tanto a nivel nacional como regional. A largo plazo, estos mercados integrados de datos podrían constituirse en una herramienta clave para aplicar tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) de manera efectiva, potenciando el impacto de las políticas públicas.
2. De un Estado fragmentado a uno integrado: la promoción de una infraestructura pública digital
La fragmentación interna en el Estado, con organismos y dependencias que no se comunican ni colaboran entre sí, genera que, en muchos casos, se dupliquen procesos y se desperdicien de recursos, lo que afecta la eficiencia en la gestión pública.
En este contexto, el robustecimiento y la inversión en una infraestructura pública digital se convierte en un elemento central de la TPD. Estas infraestructuras no solo permiten la interoperabilidad entre los diferentes organismos y niveles de gobierno, sino que también proporcionan la base necesaria para desarrollar servicios digitales más eficientes, accesibles e integrados. Iniciativas como la contratación digital mancomunada o el uso compartido mediante la nube de herramientas digitales permite maximizar los recursos disponibles y generar sinergias de forma práctica.
Las economías de escala que se logran mediante la integración de datos y el robustecimiento de las infraestructuras públicas digitales no solo reducen costos, sino que también simplifican y unifican procesos de manera transversal a todos los niveles de gobierno, generando un Estado más integrado.
3. Servicios digitales a la par de las capacidades de la población
Es crucial que la incorporación de tecnologías en los servicios públicos considere las capacidades digitales de la población.
No todos los ciudadanos tienen el mismo acceso ni las mismas habilidades para usar herramientas digitales. Es por esto que, por un lado, se debe trabajar en la alfabetización digital, promoviendo habilidades tecnológicas que permitan a los ciudadanos interactuar eficazmente con los servicios públicos. Por el otro, es esencial diseñar plataformas inclusivas, accesibles e intuitivas.
4. Innovar para atraer y retener talento en el sector público
La incorporación y retención del talento en áreas de tecnologías de la información (TI) son un desafío clave. Las estrategias del sector público para sumar y retener personal especializado deben variar desde incentivos salariales a esquemas de trabajo flexibles.
Es necesario proveer una capacitación continua de los agentes para que el sector público pueda adoptar, desarrollar y sostener políticas digitales de manera efectiva. A su vez, el Estado debe darse estrategias para incorporar talento con nuevas habilidades (de programación, uso y desarrollo de inteligencia artificial, ciberseguridad, entre otras).
Otro elemento para promover la innovación dentro de las administraciones públicas es el establecimiento de espacios de experimentación (sandboxes), que hacen del sector público un entorno atractivo para los profesionales tecnológicos mediante la creación de desafíos.
5. Govtech: sinergias con el sector privado para impulsar la transformación digital
La colaboración entre el sector público y el privado es esencial para acelerar la innovación y garantizar una transformación digital efectiva. El ecosistema GovTech, compuesto por startups y empresas tecnológicas, puede aportar soluciones creativas y escalables a los desafíos de la administración pública. Fomentar alianzas público-privadas permite aprovechar el conocimiento y la experiencia del sector privado, mientras que el gobierno se beneficia de tecnologías emergentes y herramientas que mejoran la eficiencia y la calidad de los servicios
6. Proactividad y transparencia en la era de la ciudadanía digital
La TPD debe priorizar un enfoque proactivo en la prestación de servicios. Los gobiernos deben anticiparse a sus necesidades y proporcionar soluciones digitales accesibles y personalizadas. Además, la transparencia es un componente clave: una ciudadanía digital informada y empoderada es fundamental para fortalecer la confianza en las instituciones públicas y promover una mayor participación ciudadana
7. Ciberseguridad: construir un entorno digital seguro
La ciberseguridad se ha convertido en una prioridad indiscutible en la agenda de la transformación digital. A medida que los servicios digitales se expanden, también lo hace la superficie de ataque para potenciales amenazas, lo que exige una inversión considerable en infraestructuras públicas digitales capaces de proteger los datos y los sistemas críticos del Estado. La ciberseguridad es esencial para asegurar la trazabilidad, transparencia, privacidad y seguridad de la información ciudadana, mediante protocolos sólidos que generen confianza en las nuevas plataformas digitales del sector público.
Para crear un entorno digital seguro y resiliente, es imprescindible la cooperación entre el gobierno, el sector privado y los organismos internacionales.
8. Ética en la gestión de datos: formación continua a los servidores públicos
A medida que el uso de datos se expande, es vital asegurar que estos se gestionen de manera ética y responsable. La transparencia y la protección de la privacidad deben ser principios rectores, especialmente cuando se utilizan tecnologías avanzadas como la IA. Además, es imprescindible que los funcionarios públicos reciban formación continua en el uso ético de los datos, de modo que las decisiones basadas en información digital se tomen con responsabilidad y cuidado, respetando los derechos de los ciudadanos
9. El apoyo político es esencial para la sostenibilidad de los procesos de TPD
El compromiso político es esencial para convertir la TPD en una política de Estado que trascienda las gestiones y promueva el crecimiento económico y social.
Los proyectos que cuentan con un fuerte respaldo político avanzan de manera más rápida y efectiva, permitiendo una implementación coherente de políticas a largo plazo. Además, el apoyo desde los niveles más altos del gobierno garantiza que los recursos necesarios —tanto financieros como humanos— se asignen adecuadamente, facilitando la continuidad de los proyectos, incluso a través de cambios de administración
10. Articuladores de la TPD: la sociedad civil y la cooperación internacional
El tercer sector desempeña un papel crucial en la articulación de diálogos intersectoriales y en la creación de espacios de cooperación entre actores gubernamentales, académicos, de la sociedad civil y del sector privado. Estas organizaciones facilitan el intercambio de experiencias y buenas prácticas, y permiten que actores con diferentes intereses se reúnan para debatir y consensuar sobre la TPD.
Los organismos multilaterales son actores clave para el éxito de la TPD en los países de la región, facilitando el intercambio de experiencias, ofreciendo asistencia técnica, financiamiento y recursos humanos especializados.
Agradecemos la participación de Elsa Estévez y Luis Papagni como revisores de los consensos, y de Mauricio Agudelo, Mauricio García Mejía, Sandra D´Agostino, Juan Manuel Morales, Cristian Chavarini y Hugo Calvano quienes participaron como expositores el evento antes mencionado. Sus aportes resultaron claves para la elaboración de este trabajo.