Tertulias Dialógicas Literarias: el diálogo como centro del aprendizaje
¿Puede la literatura ayudarnos a que nuestras escuelas se conviertan en espacio de diálogo igualitario entre su comunidad? Una de las propuestas de Comunidades de Aprendizaje lleva el nombre de Tertulias literarias dialógicas (TDL) , una serie de encuentros en los que los participantes dialogan, reflexionan y construyen conocimiento desde la lectura compartida de obras de la literatura clásica universal. Mediante una dinámica pautada de turno de palabras, promueve que todos tengan un espacio en el cual expresar y dialogar con los demás participantes a partir de lo que les sugirió la lectura de un fragmento particular del texto. No se trata sólo de un modo de comprender y abordar la literatura, sino que permite cambiar la relación entre la escuela y las familias.
La comprensión y el aprendizaje se potencian a través de las interacciones que se generan entre los participantes, y se construye un significado colectivo de la obra leída, más amplio que el que se puede alcanzar mediante una lectura individual. A su vez, fomenta actitudes solidarias dentro del grupo de participantes, lo que contribuye a la construcción de un clima escolar saludable.
Una clave de las TDL es que se respete la dinámica de comunicación dialógica, para lo cual resulta fundamental la presencia de un moderador que distribuya y ordene los turnos de intervención. La otra clave es que la obra literaria seleccionada sea de la literatura clásica universal. Estas obras trabajan con profundidad temáticas universales que atraviesan a la humanidad, sin importar momento y lugar, y permiten reflexionar sobre el mundo y su historia. Cuando se acerca esta literatura a sectores vulnerables se contribuye a disminuir la brecha cultural, lo que transforma el entorno y aumenta las expectativas.
¿Cómo funciona?
Luego de consensuar la obra literaria a ser leída, los participantes realizan una lectura individual previa a la TDL, y seleccionan una oración, párrafo o fragmento del texto que por algún motivo haya captado su atención.
En la TDL propiamente dicha, los participantes se reúnen y, sentados en ronda (disposición de lugares que favorece el diálogo igualitario), se disponen a compartir sus fragmentos seleccionados, guiados por un moderador, cuyo rol es gestionar la participación de todos, promoviendo especialmente la de aquellos que menos suelen participar. Para ello se realiza un listado de turno de palabras, anotando a aquellos que voluntariamente quieren compartir su fragmento seleccionado y reflexión sugerida.
Una vez establecido el listado, el primer participante lee y comenta su fragmento seleccionado; luego, se abre un espacio para que los demás participantes puedan agregar comentarios, en la medida que lo deseen, también respetando un turno de palabras establecido por el moderador. Una vez agotados los comentarios, será el turno de leer y comentar su fragmento del participante siguiente en el listado.
El único requisito para la realización de una TDL es acceder a obras de la literatura clásica universal y generar un espacio propicio para el diálogo, dentro o fuera de la escuela.
Referencias
Las TDL se iniciaron en la década de 1980 en la escuela de personas adultas de La Verneda-Sant Martí (Flecha, García y Gómez, 2013). Son una de las siete actuaciones educativas consolidadas a partir de la investigación INCLUD-ED (CREA, 2011). Esta práctica entiende que el aprendizaje depende de la multiplicidad y diversidad de interacciones a las que se expongan los estudiantes (Aubert. et. al., 2008).