Manos y mentes a la obra: hacer ciencia en el aula
¿Qué pasaría si el aula fuera un espacio de experimentación científica? ¿Qué oportunidades de aprendizaje se abren cuando los chicos toman el rol de investigadores de fenómenos de la naturaleza? La main à la pâte (“las manos en la masa”) es un proyecto fundado por el premio Nobel de Física Georges Charpak y con sede en Francia. Desde 1996, involucra a una pujante red internacional de científicos, pedagogos docentes y organizaciones comunitarias que buscan revitalizar la enseñanza de la ciencia y la tecnología en la escuela primaria.
Las claves del proyecto son dos: por un lado, la creación de secuencias didácticas para todos los temas del currículo obligatorio de ciencias naturales basadas la realización de proyectos de investigación en el aula. Todos los proyectos comienzan con una pregunta intrigante (por ejemplo: “¿Qué es ese polvillo misterioso?” o “¿El agua, es un líquido?”), que los niños van resolviendo a medida que exploran fenómenos, diseñan investigaciones con ayuda de sus maestros y van elaborando y debatiendo explicaciones a partir de los datos que han recolectado.
Además, cuenta con una comunidad de proyectos de cooperación internacional, centros de innovación educativa y espacios de divulgación científica que comparten recursos y propuestas de formación, y realizan actividades colaborativas.
¿Cómo funciona?
El corazón del proyecto se basa en la utilización de secuencias didácticas de varias semanas de duración, que exploran en profundidad un tema del currículo de ciencias naturales del nivel primario. Las secuencias plantean un recorrido de exploraciones de fenómenos de la vida cotidiana, con materiales sencillos y sin necesidad de contar laboratorio. El objetivo principal consiste en una apropiación progresiva de los conceptos y modos de pensamiento, científicos, así como un fortalecimiento de las capacidades en expresión escrita y oral.
Los principios pedagógicos del proyecto son:
• Los estudiantes observan un objeto o un fenómeno del mundo real, cercano y sensible, y experimentan con él.
• Durante las investigaciones, los estudiantes argumentan y razonan, comparten y debaten de sus ideas y resultados, construyendo ideas clave y modos de pensar propios de las ciencias naturales.
• Cada niño, con sus propias palabras, redacta un cuaderno de experiencias.
• Se invita a las familias y organizaciones comunitarias a participar del trabajo del aula.
• Se dedica un mínimo de dos horas a la semana a un solo tema, durante varias semanas.
• Se busca garantizar la continuidad de las actividades y de los métodos pedagógicos durante toda la escolaridad.
Los docentes tienen la opción de trabajar con las secuencias en sus escuelas de manera independiente, o formar parte de una red de profesionales que comparten recursos y consultas, en muchos casos apoyados por universidades, centros científicos e instituciones de formación docente.
Referencias
El proyecto está avalado por muchas décadas de investigación didáctica, que muestran el impacto del llamado enfoque de indagación (inquiry-based learning) en el desarrollo del pensamiento científico (Furman, 2016; Furtak, 2012).