Los estudiantes de la mesa redonda
Una mesa ovalada es el símbolo de esta propuesta. Alrededor de ésta se sientan los estudiantes y, de ese modo, pueden verse y escucharse los unos a otros. El método Harkness , también llamado “mesa Harkness” (Harkness table) promueve fue desarrollado en la década de 1930 en la escuela secundaria Phillips Exeter Academy (EEUU) , como un intento de romper con la tradicional clase magistral y promover la indagación colaborativa.
La propuesta consiste en indagar acerca de un tema de cualquier disciplina a través de una discusión abierta entre pares (estudiantes), con la observación no participante por parte del docente. La clave es interpelar al grupo como si fuera un único equipo que debe colaborar para obtener el mejor resultado. Se califica al grupo entero por el nivel de la discusión que logren mantener. De esta manera se evita la competencia y se balancea el uso de la palabra.
Esta práctica no se limita a un aula o experiencia aislada, ya que la situación generada permite a los estudiantes experimentar formas de conocer poco habituales para el ámbito escolar: el conocimiento se construye en el diálogo entre pares, a la vista del docente; la falta de conocimiento puede exponerse en un entorno seguro para la ignorancia y el error; y la curiosidad personal puede ejercitarse a través de preguntas auténticas, basadas en la falta de conocimiento y en el deseo de conocer.
¿Cómo funciona?
Al principio, es necesario tener paciencia. La recomendación es dedicar un tiempo de preparación previa con los estudiantes, para iniciar la experiencia con una idea compartida muy clara sobre lo que se intentará realizar.
Antes de la sesión, el docente debe preparar dos o tres preguntas disparadoras y un listado de palabras clave del tema que servirán para iniciar la conversación. Durante la discusión, es necesario establecer y respetar una serie de pautas diseñadas para favorecer el intercambio y, sobre todo, la escucha activa y la capacidad de aprender de los demás. Un elemento destacado a considerar es el uso de evidencias (textos, libros, materiales) para fortalecer la argumentación durante la actividad.
El docente debe acompañar la discusión dando un paso al costado y dejando hablar a los demás, sólo interviniendo en ocasiones para estimular y orientar el intercambio entre los estudiantes. Su rol consiste en aportar una mirada externa, registrando lo que ocurre durante la discusión, para guiar al final un proceso de reflexión acerca de la calidad de las participaciones. Se recomienda que utilice dos grillas de evaluación: una para registrar los niveles de comprensión y conocimiento acerca del tema discutido y otra para registrar el nivel de colaboración y contribución a la discusión misma. Luego, puede compartir sus observaciones con los estudiantes y preguntarles qué es lo que podrían haber hecho mejor.
La metodología original se pensó para aulas reducidas de hasta 15 estudiantes. Si bien parece posible realizar la discusión con grupos más numerosos, también existe la opción de asignar un rol de observador a los estudiantes que no integren la discusión del tema, pero que luego pueden participar en el momento de reflexión sobre el intercambio.
Referencias
Puede encontrarse un fuerte sustento de este método en la tradición pedagógica norteamericana, con John Dewey como principal exponente. Se destacan así, la valoración del aprendizaje por descubrimiento como práctica del pensamiento científico; la promoción de la conversación y discusión en clase como formas de práctica de la democracia; y la concepción del docente como un guía y facilitador, antes que como una autoridad que debe impone un saber.