Hacer visible el aprendizaje: documentar para aprender

A partir de la investigación y la comunicación documentada, se busca que la experiencia docente sea una herramienta para profundizar los aprendizajes y mejorar las prácticas educativas.

¿Cómo podemos enriquecer la reflexión para que sea una verdadera herramienta de cambio e innovación? Reflexionar sobre la propia práctica docentes es una idea que cuenta con gran aceptación en el mundo educativo, pero no siempre resulta claro cómo hacer que ese meta-análisis sea parte de un proceso amplio e inclusivo de fortalecimiento de las capacidades de aprender de una comunidad.

Desde las Reggio Emilia y el proyecto Making Learning Visible del Project Zero de Harvard, proponen desarrollar la práctica de documentar el aprendizaje, a partir de la consolidación de un grupo de investigación capaz de formular hipótesis y registrar los procesos que ocurren en el aula, con la finalidad de reflexionar con otros, estudiantes y docentes, sobre cómo se aprende y cómo se enseña.

La documentación promueve y acompaña la conformación de una cultura escolar reflexiva de mejora continua de la enseñanza, y el fortalecimiento de la capacidad de toma de decisiones, individual y colectiva, a partir de la investigación y el trabajo basado en evidencias. La reflexión y el trabajo basado en evidencias, son claves para la consolidación de comunidades de aprendizaje robustas, conscientes de su propia práctica, y capaces de expandir su capacidad de aprender.

¿Cómo funciona?

La documentación es la manera de hacer visible el aprendizaje. No se trata de simplemente mostrar las producciones de los estudiantes, sino de explicitar los procesos por los cuales los estudiantes y los docentes construyen conocimiento y comprensión, para ponerlos a disposición del grupo y la comunidad, y propiciar una cultura pedagógica reflexiva. Para lograr esto, se requiere incluir y articular los siguientes elementos:

● una pregunta guía que oriente la captura de información;
● el grupo como unidad de análisis, no limitarse a una reflexión individual del docente;
● múltiples lenguajes, dando lugar a la voz de los distintos actores involucrados, pero también aprovechando la (hoy muy accesible) capacidad técnica del registro audiovisual ;
● el carácter público de la documentación, por el cual el horizonte de la reflexión se extiende desde el docente al grupo de estudiantes en el aula, a otros docentes y directivos de la escuela, y a los padres y a la comunidad en un sentido amplio;
● el carácter prospectivo, según el cual se espera que la documentación no solo sirva para generar un archivo de lo que ya se hizo, sino que fundamentalmente sirva para comunicar y diseñar nuevos espacios y situaciones para el aprendizaje.

La documentación comienza con una pregunta o hipótesis sobre el aprendizaje esperado, que será el principio guía para la acción de registrar lo que ocurre. Luego se captura lo que ocurre en el aula en notas escritas, fotos y video. La documentación nunca se pretende exhaustiva o completa y no debe ser un punto de llegada, sino el disparador de nuevas reflexiones y nuevos aprendizajes. Finalmente, se propone compartir los resultados al grupo del aula o a la comunidad escolar, mediante reuniones, exhibiciones y presentaciones.

Referencias

Pensamiento visible surge de una iniciativa de la Lemshaga Akademi en Suecia, como parte del proyecto “Innovar con inteligencia”, que luego fue retomada y ampliada en el marco del Proyecto Zero de la Universidad de Harvard. Se fundamenta en décadas de investigación sobre el pensamiento y el aprendizaje de niños y jóvenes. Las rutinas de trabajo que se proponen para el aula se han implementado y evaluado en numerosas escuelas, y enriquecido y ajustado con el aporte de los docentes y alumnos participantes.

En palabras de David Perkins, líder del proyecto, el pensamiento es en general invisible. Y enseñar a pensar implica hacerlo visible de manera sostenida: “Considere cuán a menudo lo que aprendemos refleja lo que otros hacen alrededor. Observamos, imitamos y adaptamos lo que vemos a nuestros propios estilos e intereses. Ahora imagine aprender a bailar cuando los que bailan a su alrededor son invisibles (…) Tan extraño como esto pueda sonar, algo muy cercano a ello ocurre todo el tiempo en un área muy importante del aprendizaje: aprender a pensar”.

Un hallazgo fundamental de estas investigaciones es que las habilidades de pensamiento no son suficientes para generar una cultura del pensamiento. Hace falta generar ciertas disposiciones en los alumnos. Más allá de las habilidades, postulan sus autores, es igualmente importante que los estudiantes estén atentos a situaciones ricas para el desarrollo del pensamiento y que desarrollen actitudes positivas hacia el aprendizaje profundo. Así, el proyecto identifica cuatro disposiciones clave: búsqueda de la verdad, comprensión, justicia y creatividad.

Fuentes
Perkins, D. (2003). Making Thinking Visible. Disponible en: http://www.pz.harvard.edu/sites/default/files/MakingThinkingVisible_DP.pdf Ritchhart, R. y Perkins, D. (2008). Making Thinking Visible. Educational Leadership 6 (5), 57-61.
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