Para el 2001, el país tenía un margen de reserva de potencia instalada sobre demanda máxima del 80%, que iba en aumento, dada la alta confiabilidad que tenía el sistema eléctrico. A partir de 2003, el margen de reserva cayó abruptamente como producto del aumento sostenido de la demanda, el estancamiento de la capacidad instalada y el agotamiento en la confiabilidad del sistema. Si bien las intervenciones tales como la implementación de contratos de power purchase agreements pueden haber moderado los problemas de generación y la caída del margen de reserva –que se sostuvo hasta 2012-, estas decisiones tuvieron un alto costo que los consumidores no percibieron por el velo de los subsidios.
CIPPEC en base a CAMMESA