En términos relativos, la participación de las mujeres sobre el total de cargos políticos, se traduce en una merma de 3 puntos porcentuales (de un 17% a un 14%). En otras palabras, el decreto implica una reducción de la estructura de cargos políticos y un incremento de la brecha de participación entre hombres y mujeres.
No obstante ello, es posible que el decreto 174/2018, más allá de un rediseño organizacional, traiga aparejado un proceso de reacomodamiento y realineación de las autoridades políticas. Frente a este nuevo esquema de distribución de poder, resultará fundamental analizar el rol atribuido a las mujeres no sólo en términos de proporción de cargos ocupados, sino fundamentalmente, en términos de influencia y ejercicio de poder real.