En Argentina durante los últimos 30 años, la tasa de pobreza medida por ingresos nunca fue menor al 25% de la población. Incluso en periodos de alto crecimiento económico, una porción significativa de la población se halló en situación de pobreza. Dentro de este grupo se incluye a quienes padecen la
pobreza de forma crónica, es decir, el 10% de la población con menor probabilidad de salir de la pobreza, aun en escenarios de bonanza económica.
Entre quienes padecen la pobreza de forma crónica, 47,9% son niños y adolescentes de hasta 15 años
y 23,6% son jóvenes de entre 16 y 25 años. Casi 3 de cada 4 personas en pobreza crónica tiene menos de 26 años. La comparación con el grupo no vulnerable es la contracara del fenómeno: apenas el 6% de esta población tiene menos de 26 años. Esto se relaciona directamente con la transmisión intergeneracional de la pobreza.