Al referirnos a los cargos extraescalafonarios hay que tener en consideración que, si bien no se encuentran dentro de la estructura jerárquica formal y, por lo tanto, no se rigen por el Sistema Nacional de Empleo Público (SINEP), tienen un grado de jerarquía equivalente a niveles de secretarías, subsecretarías y coordinaciones.

Para el año 2017, en la administración pública central la presencia de cargos extraescalafonarios, si bien dispersa y heterogénea, se encontraba presente en la mayoría de los ministerios, alcanzando un universo total de 381 contratos.

La publicación del decreto 174/2018, establece en su artículo 6 la eliminación de todos aquellos cargos extraescalafonarios que presentan rango y jerarquía de secretarios y subsecretarios.

No obstante ello, la normativa explicita una serie de excepciones que comprende a: organismos descentralizados, desconcentrados, unidades especiales, ejecutoras u organizativas; cuerpos colegiados, consejos y comisiones. La suma de estos cargos exceptuados alcanza un total de 76.

Sin embargo, cabe mencionar que en forma simultánea que también se publicaron en el boletín oficial dos nuevos instrumentos normativos (decreto 167/2018 y decisión administrativa 267/2018), que facultan al jefe de gabinete y los ministros a contratar recursos humanos, para la prestación de servicios profesionales autónomos a través del formato de Unidades Retributivas (UR).

Este esquema de contratación, abre nuevos interrogantes respecto al proceso de reorganización planteado por el decreto 174/2018, puesto que en definitiva otorga mayores márgenes de flexibilidad (y de discrecionalidad) a los ministros en los procesos de contratación de personal, reproduciendo la inercia que el decreto pretende combatir.