En 2006, los 33 GAUs argentinos ocupaban una superficie de 530.008 hectáreas en las que habitaban 25.209.075 habitantes, con una densidad bruta de 47,6 hab./ha. Diez años después, la superficie ocupada aumentó a 619.283 hectáreas, con una población de 28.815.469 habitantes. Así, la densidad bruta se redujo a 46,5 hab./ha. y se consumieron 89 mil hectáreas de suelo -una magnitud equivalente a 4,5 ciudades de Buenos Aires.
Esta dinámica de expansión está produciendo ciudades extensas y difusas que se caracterizan por su baja densidad, la separación de usos del suelo y mayores niveles de segregación social. La baja densidad implica costos más altos para el gobierno local, que debe construir redes de infraestructura de mayor longitud, ampliar la red de transporte público y recorrer más kilómetros para recoger los residuos. Los GAUs argentinos, donde habita el 70% de la población urbana del país, están evolucionando por un camino inverso al desarrollo de ciudades más equitativas, sostenibles y con gestión de servicios eficiente.
El tipo de ciudad promovido por la Nueva Agenda Urbana (2016) para un desarrollo urbano integral, que promueva la igualdad social, la equidad y la inclusión tiene las características opuestas: es una ciudad compacta. Ésta cuenta con usos mixtos del suelo, densidades poblacionales medias, y fácil acceso a las redes de servicios. A su vez, no tiene grandes espacios vacíos en el interior de su perímetro, con excepción de los espacios verdes.
Los grandes aglomerados urbanos argentinos, donde habita el 70% de la población urbana del país, están evolucionando por un camino inverso al desarrollo de ciudades más equitativas, sostenibles.