CIPPEC organizó un encuentro sobre Integración regional, Desarrollo económico y Cambio social junto a @irlandaenargentina y la @ueenargentina, en el marco de la visita del Dr. Alan Barrett.
Publicado el 2 de diciembre
La experiencia irlandesa en materia de desarrollo económico y la posibilidad de que Argentina incorpore algunas de estas estrategias fue el tema central de un debate que tuvo como orador principal al economista Alan Barrett, director del Instituto de Investigación Económica y Social (ESRI) -uno de los think tanks más influyentes de Irlanda. Organizado por CIPPEC, junto a la Embajada de Irlanda y la Unión Europea, el conversatorio “Irlanda y Argentina: integración y desarrollo para un futuro sostenible”, que se realizó el 2 de diciembre en la sede del think tank, convocó a personalidades de la política, la diplomacia, el empresariado y la cooperación internacional.
La implementación de políticas estratégicas convirtió a Irlanda, un país históricamente agrícola y con un gran déficit fiscal, en una economía diversificada y globalizada, con superávit fiscal, debido en gran parte a su ingreso a la Unión Europea. En las dos últimas décadas, Irlanda logró ordenar su macroeconomía y aumentar notablemente su capacidad para atraer inversión extranjera.
Argentina aborda desafíos estructurales similares a los que tenía Irlanda a principios de este siglo. ¿Qué oportunidades clave de la experiencia irlandesa podría incorporar nuestro país en su camino hacia el desarrollo? Este fue el eje principal del conversatorio, del que también participó el economista Ricardo Carciofi, investigador principal de Desarrollo Económico de CIPPEC, y que fue moderado por Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC.
En la presentación de Barrett también estuvieron presentes José Orlando, presidente del Consejo de Administración de CIPPEC; Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en Argentina, y Gerard McCoy, embajador de Irlanda en Argentina.
Durante su intervención en el auditorio de CIPPEC, Barrett presentó una visión nítida y reflexiva sobre el camino del desarrollo económico de Irlanda. Si bien reconoció que la evolución económica de su país “no fue lineal, sino que tuvo altibajos”, subrayó los factores clave que contribuyeron al éxito económico actual, con especial énfasis en su integración en la Unión Europea y la inversión extranjera directa.
El economista destacó que la incorporación de Irlanda en la Unión Europea fue decisiva para su crecimiento económico. Según Barrett, el acceso al área de libre comercio de la Unión Europea, que elimina las barreras para el movimiento de bienes y servicios, brindó a Irlanda un entorno competitivo fundamental. Enfatizó que, para un país pequeño como Irlanda, con una población de solo 5 millones de personas, formar parte de un mercado de más de 400 millones fue un catalizador de oportunidades económicas.
“La inversión extranjera directa también fue esencial en el desarrollo económico de Irlanda”. Barrett opinó que este flujo de capital probablemente no habría alcanzado los niveles actuales sin el atractivo añadido de la membresía en la UE, vínculo que permitió a Irlanda convertirse en un puente estratégico entre Estados Unidos y Europa.
Otro aspecto clave señalado por Barrett fue el desarrollo de “infraestructura”. A su ingreso en la Unión Europea, Irlanda enfrentaba retos significativos en términos de infraestructura, especialmente en comparación con otros países miembros. Sin embargo, los esfuerzos coordinados en inversión y modernización transformaron al país, mejorando tanto su capacidad logística como su fuerza laboral.
Asimismo, Barrett destacó la relevancia de “la participación de Irlanda en la zona Euro”. La moneda única proporcionó estabilidad y oportunidades adicionales en el contexto del comercio internacional y la inversión extranjera. Para Irlanda, el euro ha sido una herramienta crucial en su éxito económico.
El economista subrayó el momento positivo en el que se encuentra Irlanda, gracias a su integración en la Unión Europea y su capacidad para adaptarse a los desafíos de un mercado global competitivo.
Al cierre de su exposición, Barrett también se refirió a la transición que vivió Irlanda desde un modelo proteccionista hacia uno de apertura económica.
En ese sentido, abordó los desafíos y logros del país en términos de política social, destacando reformas clave en el sistema de bienestar y en la educación como pilares para la equidad económica y el desarrollo sostenible. Barrett puso énfasis en resaltar la implementación de políticas dirigidas a combatir el abandono escolar en áreas desfavorecidas. En lugar de canalizar recursos hacia los estudiantes de forma individual, el gobierno adoptó un enfoque basado en las escuelas, asignando fondos significativos a instituciones en comunidades más pobres. “Esta estrategia permitió que las escuelas en áreas con altas tasas de pobreza recibieran recursos adicionales para mejorar su infraestructura y programas educativos. Aunque algunos niños de estas escuelas no estuvieran en condiciones de pobreza, la política asumió que beneficiar a la mayoría tendría un impacto positivo en toda la comunidad”, explicó Barrett.
Según el economista, esta inversión enfocada logró reducir significativamente los índices de abandono escolar, creando una base más equitativa para el acceso a la educación y mejorando las oportunidades a largo plazo para los jóvenes en esas áreas.
Por su parte, Ricardo Carciofi analizó las diferencias entre el modelo de integración de Irlanda en la UE y los desafíos actuales del Mercosur. Destacó las oportunidades que un enfoque de integración regional más estructurada y profunda podría ofrecer para el desarrollo económico de la región y para la Argentina, en particular. En ese sentido, dijo que Irlanda logró consolidarse como un ejemplo de integración económica efectiva, gracias a su participación en la UE.
También destacó que Irlanda supo aprovechar su integración al mercado europeo para atraer inversión extranjera directa, basada en incentivos fiscales competitivos, una infraestructura moderna y una conexión histórica con mercados angloparlantes. Este modelo de integración fue clave en el crecimiento económico de Irlanda, que hoy cuenta con un ingreso per cápita superior al de sus vecinos de Gran Bretaña.
En contraste, el Mercosur enfrenta limitaciones estructurales que frenan su desarrollo. El experto señaló, en ese marco, la falta de un mercado único efectivo y de un arancel externo común, además de problemas como el doble cobro de aranceles que obstaculizan el comercio intra-regional. Por último, Carciofi concluyó que el Mercosur puede aprender de Irlanda y la UE, al destacar la necesidad de adoptar políticas a largo plazo que prioricen la eliminación de barreras internas, la consolidación de un mercado único y la mejora de la infraestructura regional.
En el cierre del evento, Díaz Langou subrayó los desafíos y oportunidades que enfrenta Argentina en su transición hacia un modelo de desarrollo inclusivo, sostenible y eficiente. En ese marco, enfatizó la necesidad de una estrategia integral que priorice el desarrollo productivo, la educación, la inclusión social y la eficiencia estatal como pilares fundamentales para el progreso del país.
En ese sentido, remarcó que en la Argentina solo el 13% de los estudiantes logra completar la secundaria en tiempo y forma (Argentinos por la Educación, 2023), un dato que afecta directamente las perspectivas de desarrollo. “Tenemos que poner a la educación como el punto número uno de nuestra estrategia de desarrollo”, afirmó, y destaco luego los esfuerzos de CIPPEC para implementar sistemas de alerta temprana que fomenten la finalización de la secundaria. Estos sistemas ya han mostrado resultados concretos; en solo un año lograron que casi 5200 estudiantes de Mendoza y Entre Ríos no abandonaran sus estudios.
También recalcó la importancia de la inclusión social como motor del desarrollo. Sin embargo, reconoció que Argentina enfrenta grandes retos, con casi 7 de cada 10 niños viviendo en condiciones de pobreza. “Es crucial que la estrategia de desarrollo sea inclusiva para que sea sostenible”, expresó, y enfatizó la necesidad de abordar estas desigualdades estructurales de manera integral.