Desde diciembre de 2019, CIPPEC evalúa el impacto de las estrategias implementadas en el Barrio Padre Carlos Mugica para hacer frente a la pandemia.
Las condiciones básicas para evitar la propagación del COVID-19 -acceso a viviendas adecuadas, servicios básicos y distanciamiento social- pone a los asentamientos informales en el foco de la política sanitaria.
En Argentina existen más de 4.000 barrios informales, en los que habitan más de 4 millones de personas, de acuerdo al Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP). El registro también revela que el acceso a los servicios de agua potable, cloacas y energía eléctrica es deficitario en la mayoría de los hogares, lo que dificulta la capacidad de seguir las recomendaciones de higienización y confinamiento de los vecinos y vecinas de los barrios informales.
En paralelo, la crisis económica asociada a la emergencia sanitaria impactó particularmente en los barrios informales en los que los índices de informalidad laboral y cuentapropismo son generalmente más altos en comparación con otros sectores urbanos. La informalidad laboral, asociada a bajos niveles de protección social y alta volatilidad profundiza las dificultades vinculadas al confinamiento por largos períodos.
En la Ciudad de Buenos Aires existen más de 40 barrios informales, entre los cuales se encuentra el Barrio Mugica, uno de los barrios informales más grandes y densos de Argentina.
Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), al año 2019 el barrio contaba con una población de más de 40 mil habitantes.
Cuando en mayo de 2020 el virus COVID-19 comenzó a expandirse en los barrios informales, la Ciudad de Buenos Aires diseñó e implementó una estrategia de contención de la pandemia basada en cuatro pilares: (1) testeo, aislamiento y seguimiento de los enfermos y sus contactos estrechos; (2) comunicación y prevención del contagio; (3) apoyo económico y social; y (4) coordinación, monitoreo y evaluación de las acciones ejecutadas.
Los procesos implementados en el marco de la estrategia para hacer frente a la pandemia en el Barrio Mugica fueron luego replicados en algunos de los barrios informales más grandes de la Ciudad de Buenos Aires. La estrategia llevada a cabo en el Barrio Mugica es un caso a ser tenido en cuenta por otros barrios informales de la región latinoamericana al momento de dar respuestas de corto, mediano y largo plazo a crisis sanitarias de gran impacto social y económico.
En el marco de la evaluación del Programa de Reasentamiento y Mejoramiento de Viviendas del Proyecto de Integración Social y Urbana del Barrio Padre Carlos Mugica, CIPPEC y la SECISYU evaluaron el impacto y los procesos de implementación de esta estrategia frente al COVID-19. Para ello se utiliza una metodología cuasi-experimental, que mide la evolución de los indicadores de salud (contagios y fallecimientos) atribuibles a esta estrategia.