La innovación educativa suele asociarse con la ruptura total de la matriz organizacional de las escuelas y con la incorporación de tecnologías digitales de punta. Sin embargo, hay prácticas potentes que revisan algunos aspectos escolares y así mejoran los aprendizajes de los alumnos.
La propuesta de Comunidades de Aprendizaje, presente en siete países de América Latina, es un ejemplo de cómo prácticas pedagógicas concretas pueden incidir en la transformación educativa y social de una comunidad. Busca convertir a la escuela en una institución abierta, en la que el proceso educativo incluya espacios de diálogo, aprendizajes interactivos y la participación de actores diversos (intervienen no solo docentes y alumnos sino también familiares, personal no docente, etc.).
La innovación tiene escalas: es practicable en las aulas, pero se potencia con transformaciones sistémicas, impulsadas por los estados. Hace cuatro años, la provincia de Santa Fe tomó el proyecto Comunidades de Aprendizaje como política educativa. Inició el proceso como una prueba piloto en 2014 y fue paulatinamente expandiendo su alcance. Puso el foco en dos prácticas: las Tertulias Dialógicas Literarias y los Grupos Interactivos, que se han incorporado en más de 1200 de escuelas del territorio provincial. Estas prácticas son innovaciones decisivas porque generan una apropiación poderosa del conocimiento por parte de los alumnos, es decir: movilizan la voluntad, el deseo y la pasión de los chicos por el aprendizaje.
Las Tertulias Dialógicas Literarias son un dispositivo pedagógico en el que los alumnos reflexionan y argumentan a partir de la lectura de textos clásicos. A diferencia de las clases más tradicionales de literatura, donde el docente adopta un fuerte protagonismo; en las tertulias la relación se invierte y se les da a los alumnos un espacio de mayor participación. Mientras en una clase de literatura un 75% del tiempo está a cargo del maestro, en una tertulia el docente participa menos del 10% y los alumnos utilizan más del 90% del horario de clase para compartir e intercambiar sus comentarios e interpretaciones sobre el texto.
Por su parte, los Grupos Interactivos son una instancia de fortalecimiento y repaso de contenidos curriculares a partir de la colaboración entre pares y la organización heterogénea del aula. Los Grupos Interactivos generan un mayor compromiso de los estudiantes con su aprendizaje y así mejoran el desempeño de los alumnos en las distintas disciplinas.
En ambos casos se trata de iniciativas que transforman el vínculo de los estudiantes con el conocimiento y la relación tradicional entre docentes y alumnos. Son procesos que reformulan las prácticas cotidianas en las aulas. Cambian así la escuela desde adentro del sistema educativo. Estas prácticas dependen del compromiso de los educadores, alumnos y otros miembros de la comunidad que se apropian y hacen de ellas herramientas para construir la educación que desean.