La Ley de Financiamiento Educativo provocó ayer un áspero debate entre el ministro de Educación, Daniel Filmus, y senadores de distintos partidos en su debut en la Cámara alta.

En un plenario de las comisiones de Educación, Presupuesto y Hacienda y Coparticipación Federal de Impuestos el funcionario polemizó con legisladores del oficialismo y la oposición acerca de si el incremento del presupuesto educativo afecta el manejo de los fondos coparticipables que reciben las provincias.

La iniciativa remitida por el Poder Ejecutivo al Congreso dispone un aumento progresivo del presupuesto para educación, ciencia y tecnología que en la actualidad es del 4,3% del PBI y debe llegar al 6% en el año 2010. Ese incremento se financiará con un 40% de recursos aportados por la Nación y un 60% por las provincias. El aumento deberá ser empleado "prioritariamente para mejorar

la remuneración de los docentes", de acuerdo dispuesto por el proyecto oficial. El mayor conflicto se produjo porque legisladores peronistas, radicales y de partidos provinciales sostuvieron que la norma convierte fondos de libre disponibilidad de los gobiernos provinciales en fondos comprometidos con una asignación específica. Se estima que las provincias deberán destinar obligatoriamente

entre el 4 y el 5% de los recursos que reciben en concepto de coparticipación para financiar el aumento del presupuesto docente.

Filmus respondió a los reparos con un alegato político, asegurando que para cambiar el modelo de crecimiento era imprescindible invertir en educación. Para reforzar sus argumentos atribuyó a Domingo Faustino Sarmiento una advertencia a la dirigencia de su tiempo: "Si no invierten en educación por convicción, háganlo por miedo al pueblo". Exhortó a los legisladores a ir "al debate profundo" y aseguró que, si la ley se cumple, la Argentina invertirá 55 mil millones de pesos más en educación hasta 2010 y que ese esfuerzo significa "la diferencia entre una educación digna y otra que no lo es".