Entre Río - 21/02/2010 - El
Diario On Line
La historia de cada alumno
estará en un banco de datos
Habrá información sobre el grupo
familiar, si asiste al comedor o recibe copa de leche, cuántas
inasistencias tuvo y si todavía permanece o abandonó. Aunque la
iniciativa ya recibió críticas: aseguran que el soporte informático hace
aguas y que no se cuenta con infraestructura necesaria para esa tarea.
El Consejo General de Educación (CGE)
aprobó la implementación en todas las escuelas de Entre Ríos del
denominado Legajo Único del Alumno, un mecanismo de seguimiento similar
al que se aplica con los docentes y que permite conocer de forma más o
menos metódica su situación laboral.
En este caso, se aplicará para
conocer a ciencia cierta cuántos alumnos conforman el sistema educativo,
cuántos abandonan, cuántos mudan de las escuelas diurnas a las
nocturnas, cuántos repiten, cuántos promocionan, qué número asiste al
comedor, cuántos reciben copa de leche, qué porcentaje tiene
discapacidad mental o motriz.
Graciela Bar, titular del CGE, lo
dice sin vueltas. "Esto, una vez que esté completada la carga de toda la
información de los alumnos, nos permitirá saber cuántos alumnos tenemos
porque hasta el día de hoy no tenemos claramente una información
precisa. Por un lado, están los índices que publica Estadística Escolar,
y por otro, los números que manejan las supervisiones Departamentales.
Pero no hay seguimiento del alumno, y tampoco hay datos ciertos sobre la
matrícula por cada escuela y cada nivel", afirma.
El plan, que antes se conoció como
Programa de Reforma de Gestión Administrativa del Sistema Educativo
(Pregase) y que ahora se conoce como Sistema de Administración de la
Gestión Educativa (Sage), fue impulsado por la Nación y procura unificar
la información básica de todo el sistema educativo provincial. Entre
Ríos se sumó en 2004 al Pregase con un objetivo claro: transparentar el
manejo de recursos destinado al pago de salarios de los 35 mil docentes.
La otra pata es ordenar la
información relativa a los alumnos. En todo el país ya son 19 las
provincias que aplican el Legajo Único del Alumno. Ahora se suma Entre
Ríos.
PUNTAPIE. El lunes 15 el CGE dictó la
resolución Nº 318 que dio forma a ese legajo único que será administrado
por el Sage. Un extenso y complicado instructivo llegará a cada una de
las casi 3.000 escuelas distribuidas en toda Entre Ríos de modo que
puedan llevar adelante una tarea que en su primera fase será ciertamente
agobiante: cargar la historia personal, y familiar, de cada uno de los
360 mil alumnos que componen el sistema educativo entrerriano.
La norma justifica la implementación
de ese banco de datos en el hecho de que «en el ámbito de las políticas
educativas, es necesario contar con información precisa para la toma de
decisiones», y que es preciso "contar con información educativa que
permita acceder a los datos de los escolares en forma individualizada».
Además, que «la información relevada no sólo impactará en el ámbito
educativo propiamente dicho sino que es una fuente importante de
información para el establecimiento de otras políticas sociales para
asegurar la permanencia en el sistema educativo".
Es que el legajo personal de cada
alumno no sólo contendrá el nombre y apellido, sino también aspectos
educativos, como si está dentro del grupo con «necesidades educativas
especiales» ?o sea, si requiere apoyo escolar o asistencia
psicopedagógica?, si tiene alguna discapacidad, si concurre al comedor
y, además, cómo está compuesto el grupo familiar.
Pero desde el CGE aclaran que la
información recabada estará protegida por las cláusulas de
«confidencialidad». Al respecto, dice la resolución oficial que «se
asegura en los registros nominativos, la confidencialidad sobre
determinadas particularidades de los alumnos como garantía de habeas
data, reconocida explícitamente en la Constitución Nacional ?artículo
43º? y la Constitución Provincial ?artículo 63º?».
Según la titular de Educación, hay
una serie de agujeros negros en las estadísticas escolares, y eso es,
precisamente, lo que se quiere subsanar. «Por ejemplo: una escuela
secundaria dice que abandonaron en un año 10 alumnos, pero resulta que
esos 10 alumnos se inscribieron en una escuela nocturna. Para una
escuela, hubo deserción, y para otra, ampliación de la matrícula. No hay
datos ciertos sobre eso. Por eso, implementamos este legajo único, y se
les dará un tiempo a las escuelas para que puedan cargar toda la
información. En una primera etapa, va a ser un trabajo importante, pero
después ya va a ser todo más fácil. Esto ya está en funcionamiento en 19
provincias, y Entre Ríos es una de las 4 provincias del país donde no se
aplicaba».
¿También se cargarán las
calificaciones que obtenga cada alumno? No, por ahora. Hay
escuelas que ya lo han implementado, como el ex Colegio Nacional de
Paraná, que en su página de Internet tiene esa información cargada, y
los padres pueden acceder. Nosotros no lo vamos a implementar por ahora. ausencia. El conflicto por las retenciones y el campo ha agudizado la inmediatez del debate político. Pero la educación también tiene su correlato en el empantanado conflicto. Evitando tomar parte –cuando tomar parte es radicalizar, polarizar y esquematizar aún más el conflicto–, aquí intentaremos tomar partes: desencajar el conflicto y mirarlo con nuevos ojos.
TRASPIE. Susana Cogno, vocal gremial
del CGE, se pregunta: ¿con qué recursos lo van a implementar? Por
ejemplo, dice, la Escuela Gaucho Rivero, de nivel secundario, con una
matrícula de 300 alumnos, no cuenta con sistema informático propio ni,
menos, computadoras, y por eso para cumplir con los mandamientos del
Sage respecto de los docentes ?esto es, cargar de modo periódico las
novedades sobre altas, bajas, asistencia, traslados, suplencias?, el
personal encargado de la tarea debe trasladarse desde un confín de la
ciudad hasta la sede de la Supervisión Departamental, en Belgrano al
100, y esperar a que un empleado haga la tarea.
Pero no es el único inconveniente a
salvar, anota. «No concibo que se haya resuelto aplicar este sistema
ahora. Estamos en un momento complicado del proceso de informatización
en el CGE, que todavía no está concluido y por eso no en todas las
escuelas se ha completado. Además, la tarea de cargar los datos de todos
los alumnos es una sobrecarga de trabajo y las escuelas no cuentan con
el personal suficiente, más en escuelas de personal único. Más allá de
que consideramos que es una tarea necesaria, hay que ser realista»,
indicó Cogno.
Tampoco, agrega, el sistema
informático central de Educación garantiza estabilidad: el edificio está
colapsado, casi todos los días se registran cortes de luz y eso afecta
el área informática. «No entendemos por qué sale el pedido de
informatización de todos los alumnos en un momento en el que planteamos
serias dificultades con el sistema informático, que nos impide seguir
con los concursos», subraya.
Por eso, agrega, tomó la
determinación de no firmar la resolución que dio forma al Legajo Único
del Alumno. Y da otra argumentación: para encarar esa carga de
información, las instituciones grandes, con más de 1.000 alumnos, tienen
sistema informático adecuado, pero no el personal necesario para cargar
la información; y las escuelas pequeñas, no tienen ni personal ni
recursos informáticos, y por eso cargan en la Departamental. «Uno
?añade? no puede esperar que el director haga ese trabajo desde la
computadora de su casa».