En qué gastará el Estado en 2018
Producción y realización: Walter Agosto, Pablo Carreras Mayer (CIPPEC), y Ana Soffietto, Andrés Snitcofsky, y Leonardo Saltamerenda por Sociopúblico.
La ley de presupuesto es la principal institución con la que el Estado decide sobre la utilización de los recursos públicos. Cumple dos grandes funciones. Por un lado, brinda a la sociedad una estimación de los ingresos del Estado, que si bien no presenta un carácter vinculante, sirve de base para determinar las necesidades de financiamiento. Por otro lado, constituye una autorización de gasto que el Poder Legislativo le otorga al Ejecutivo. Finalmente, el Presupuesto habilita mecanismos de financiamiento para el Ejecutivo toda vez que los recursos estimados pueden ser inferiores a los gastos autorizados, o bien, resulta conveniente financiarlos a plazo.
El Presupuesto es entonces la herramienta que tiene el Gobierno para distribuir los gastos con el objetivo de satisfacer las demandas de la sociedad. Esta distribución necesariamente refleja una elección respecto a cuánto, en qué, y dónde gastar: el Presupuesto es un medio para informar a la sociedad el destino planeado de los recursos.
El Presupuesto, por último, refleja el resultado del debate de las distintas áreas del gobierno nacional, los gobernadores, los legisladores y representantes de las fuerzas políticas, y los exponentes de la sociedad civil en cuanto a las prioridades de política pública y las estrategias para darles tratamiento. En este sentido, la instancia de aprobación en el Congreso representa solamente “el tramo final” de un largo proceso que toma lugar todos los años.
En este especial, CIPPEC explica en qué gastará el Estado en 2018, tanto por áreas de gobierno y principales programas, como por la asignación territorial del gasto.
Distribución del gasto por programas
El gasto reflejado aquí se corresponde con el de la Administración Nacional, que incluye a la Administración Central, los Organismos Descentralizados y las Instituciones de la Seguridad Social.
Para administrar y ejecutar la totalidad del gasto, el Estado Nacional lo hace a través de jurisdicciones, que son los distintos Ministerios. Cada una de los cuales agrupa todas las erogaciones vinculadas a un área determinada de intervención (salud, educación, trabajo). A su vez, para facilitar la lectura, estos se engloban dentro de seis gabinetes, una figura de fantasía que agrupa a las jurisdicciones en grandes áreas de incumbencia, reflejando las interrelaciones en las políticas que desarrollan. Los gabinetes son: Social; Educación, Cultura y Ciencia; Infraestructura y Desarrollo Sustentable; Conducción del Estado, Gestión y Reforma; Seguridad y Defensa; y Económico y Desarrollo Sectorial.
Un programa es un proyecto u objetivo específico de cada jurisdicción e incluye la realización de un conjunto de actividades y obras para su consecución. Los programas presentan actividades vinculadas a la ejecución de gastos corrientes o de capital.
Los gastos corrientes están destinados principalmente a actividades (ordinarias) de producción de bienes y prestación de servicios de carácter regular: remuneraciones (sueldos y salarios), las compras de bienes de consumo, el pago de intereses de la deuda, transferencias corrientes (jubilaciones y pensiones, cargas sociales, subsidios), entre otros. Es decir, aquellas erogaciones necesarias para el mantenimiento y operación del Sector Público Nacional.
Los gastos de capital, por su parte apuntan a incrementar el activo del Estado y sirven como instrumentos para la producción y la prestación de servicios públicos. Incluyen la compra de maquinarias y equipos, inversión en infraestructura (carreteras, escuelas, hospitales), y las transferencias de capital a provincias.
Cómo usar la herramienta interactiva Presupuesto 2018
La infografía se compone de tres gráficos. El gráfico superior nos brinda una distribución de los créditos asignados por jurisdicción y su importancia relativa en el total de gasto. El código de colores agrupa a las jurisdicciones en los gabinetes. En la parte inferior se detallan los principales programas de cada ministerio, es decir, aquellos que representan una gran parte del gasto total ejecutado y por tanto reflejan, a grandes rasgos, los principales proyectos y acciones que ejecuta cada cartera. Adicionalmente, se visualiza la composición relativa entre gastos corrientes y de capital, tanto del agregado de la Administración Nacional, como al interior de cada ministerio.
La infografía permite aplicar filtros específicos para contestar distintas preguntas. Por ejemplo, nos puede interesar saber cómo se distribuye el gasto corriente entre los ministerios y cuáles son los principales programas bajo esta tipología. Haciendo click sobre la barra de gastos corrientes podemos observar que el gabinete social representa la mayor parte de estos gastos y que los principales programas son aquellos vinculados, con las prestaciones previsionales, las asignaciones familiares (incluye la AUH) y las pensiones no contributivas.
Distribución territorial del gasto
Adicionalmente, podemos estar interesados en la asignación territorial del gasto, pues esto da cuenta de otra faceta de la distribución de los recursos; aquella emparentada con una agenda federal o de desarrollo regional.
La infografía presenta la distribución de distintas medidas del gasto que realiza la Administración Nacional a lo largo del territorio. Dado que algunas acciones de gasto son de carácter interprovincial o nacional, en esta infografía solo se hace referencia al 75% del gasto total.
Las medidas de gasto cuya distribución puede analizarse se corresponden con (i) el gasto total, (ii) el total de transferencias a las provincias (corrientes y de capital, automáticas y discrecionales), (iii) las transferencias de capital o corrientes, y (iv) la Inversión Real Directa (IRD).
Es lógico esperar que las provincias con mayor población concentren la mayor parte de los recursos. De hecho, no hay grandes diferencias en la distribución territorial para ninguna de las agrupaciones de gasto antes mencionadas. Las provincias de mayor actividad económica (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe) representan la mayor parte del gasto.
Una medida muy correlacionada con el tamaño de una economía es su población. Por esta razón, es conveniente analizar el gasto en términos per cápita, donde tomamos la población que registraba cada provincia en el Censo 2010. Al hacer esto, podemos mensurar la asignación territorial teniendo en cuenta las asimetrías económicas de las diversas jurisdicciones. Por esta razón, se presenta la distribución del gasto total, las transferencias totales, y la IRD per cápita. Bajo esta métrica podemos observar que las provincias patagónicas, del NOA, y Cuyo aumentan su importancia relativa vis a vis las provincias del área centro y pampeana.